El cuerpo humano alberga millones de microorganismos que conviven en equilibrio con nosotros, lo que se conoce como microbiota. Lejos de ser un simple acompañante, la microbiota cumple funciones esenciales para la salud general.
En el ámbito de la fertilidad, cada vez hay más evidencias de que una microbiota equilibrada desempeña un papel importante en la capacidad para concebir, tanto de forma natural como mediante tratamientos de reproducción asistida .
El papel de la microbiota vaginal
La microbiota vaginal es uno de los ecosistemas más delicados y dinámicos del cuerpo femenino. En condiciones de equilibrio, está compuesta principalmente por bacterias del género Lactobacillus, que ayudan a mantener un pH ácido y protegen frente a microorganismos potencialmente dañinos.
Una microbiota vaginal dominada por Lactobacillus se relaciona con mejores resultados reproductivos, especialmente en tratamientos de fertilidad como la fecundación in vitro (FIV). Por el contrario, cuando se produce un desequilibrio –conocido como disbiosis–, puede afectar a la implantación embrionaria o aumentar el riesgo de inflamación local.
Un entorno vaginal saludable favorece el proceso natural de concepción. Mantener este equilibrio depende de muchos factores: desde los cambios hormonales del ciclo menstrual hasta el uso de antibióticos, el nivel de estrés o la higiene íntima.
Más allá de la vagina: el papel del intestino y el endometrio
La microbiota no se limita a la vagina. El intestino alberga a la comunidad bacteriana más numerosa del cuerpo e influye en la regulación del metabolismo y las hormonas sexuales.
Cuando la microbiota intestinal se altera, puede favorecer la inflamación y la resistencia a la insulina, dos procesos que pueden interferir en la ovulación, y, por tanto, en la fertilidad.
Por otra lado, la microbiota endometrial —el conjunto de microorganismos que habitan en el endometrio— es un campo de estudio más reciente. Su desequilibrio podría relacionarse con fallos de implantación o pérdidas gestacionales tempranas.
Cómo cuidar la microbiota para favorecer la fertilidad
Existen hábitos cotidianos que ayudan a mantener la microbiota en equilibrio y, con ello, a crear un entorno más favorable para la fertilidad:
- Evita las duchas vaginales y los productos agresivos, ya que alteran el pH natural y eliminan bacterias beneficiosas.
- Usa antibióticos solo cuando sea necesario, siempre bajo indicación médica.
- Cuida tu alimentación, priorizando frutas, verduras, fibra y alimentos fermentados que favorezcan una microbiota intestinal diversa.
- Mantén un estilo de vida saludable: dormir bien, practicar ejercicio moderado y reducir el estrés también favorecen el equilibrio microbiano.
En algunos casos, el uso de probióticos puede ser útil, pero su elección debe realizarse bajo la recomendación de un especialista, ya que no todas las cepas ni formatos son adecuados para cada situación.
Cuidar la microbiota es cuidar el entorno donde comienza la vida. Aunque no podemos controlarlo todo, adoptar hábitos que favorezcan un equilibrio bacteriano saludable puede ser un apoyo valioso para la fertilidad.
Dra. Cristina Guix
Ginecóloga experta en fertilidad en Barcelona IVF