El estudio de esterilidad incluye las pruebas iniciales que se debe realizar una pareja para establecer el diagnóstico de su problema de esterilidad. Estas pruebas diagnósticas se centran en el estudio tanto de factores de esterilidad femenina, así como masculina.
¿Qué puedo hacer para aumentar mi fertilidad?
Te contamos todo lo que necesitas saber.
Recomendaciones
Es importante tener en cuenta que un estilo de vida saludable mejora las posibilidades de embarazo. Para ello se debe tener un peso adecuado manteniendo el índice de masa corporal (IMC) en unos límites aceptables, un índice bajo puede derivar en problemas de ovulación mientras que un exceso de peso se puede relacionar con peor calidad de los óvulos, alteraciones endometriales y del ciclo. Otros factores como el tabaco, drogas, enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el consumo elevado de café y alcohol también pueden comprometer la fertilidad de una pareja.
Por eso es recomendable una dieta mediterránea rica en antioxidantes y Omega 3 y el ejercicio físico moderado.
Pruebas de esterilidad de la mujer
A continuación, te detallamos las pruebas de esterilidad más comunes en la mujer.
En el momento del nacimiento los ovarios tendrán todos los folículos que irán produciendo los óvulos durante toda la vida reproductiva de la mujer. Según van pasando los años esta reserva irá disminuyendo hasta que se agota al llegar a la menopausia.
Desde la pubertad, cada mes crece un folículo en los ovarios que tras la ovulación dará a un óvulo que podrá ser fecundado.
El estudio de la reserva ovárica valora la capacidad de los ovarios para producir óvulos tras ser estimulados. La reserva ovárica se correlaciona con la edad de la mujer, manteniéndose estable hasta los 35 años y disminuyendo progresivamente a partir de ese momento.
Disponemos de diversos test que nos permiten analizar la reserva ovárica de la mujer y se deben solicitar siempre ante un caso de esterilidad.
La reserva ovárica nos ayudará a decidir el tratamiento de reproducción asistida adecuado para la pareja. En los casos en los que la reserva ovárica es muy baja puede estar indicado realizar una ovodonación.
El mejor indicador de la calidad de los óvulos es la edad de la mujer, siendo óptima entre los 20 y los 35 años. No disponemos de ningún test que nos permita determinar la calidad de los óvulos.
Aunque una baja reserva ovárica suele relacionarse con una baja calidad de los óvulos, esto no siempre es así ya que una mujer joven puede producir pocos óvulos de buena calidad. De igual forma, el que una mujer de mayor edad produzca muchos óvulos no garantiza que sean de buena calidad. En la práctica se puede decir que calidad y cantidad no siempre van de la mano, la calidad de los óvulos está marcada por la edad y la cantidad por la reserva ovárica.
El síndrome del ovario poliquístico es la causa más frecuente de alteraciones de la ovulación. Una de sus características principales son los ovarios con presencia de un elevado número de folículos. En muchos casos suele estar asociado con sobrepeso, acné y exceso de vello corporal.
La pérdida de peso puede conseguir normalizar la ovulación de la mujer con ovarios poliquísticos. En el resto de los casos estará indicado realizar un tratamiento de inducción de la ovulación.
Una vez producida la ovulación una de las trompas recoge el óvulo. Los espermatozoides ascienden desde la vagina, atraviesan la cavidad uterina y recorren las trompas para encontrarse con el óvulo y fecundarlo.
Las trompas intervienen en este proceso de una forma activa ya que deben facilitar el desplazamiento de los espermatozoides hasta el óvulo y posteriormente del embrión a la cavidad uterina.
El útero es el órgano en el que se desarrolla el embarazo y en él se dan las condiciones ideales para que el feto crezca hasta el momento del parto.
El útero consta de dos capas bien diferenciadas, el miometrio y el endometrio. El miometrio es la capa de músculo que actúa como pared mientras que el endometrio es la capa interna en donde se tienen que implantar los embriones.
Las principales alteraciones que nos podemos encontrar en el útero son:
- Malformaciones: las más frecuentes suelen ser los septos uterinos y el útero arcuato, siendo el septo uterino el que más se relaciona con problemas reproductivos.
- Miomas: se trata de formaciones fibrosas que crecen en la capa muscular del útero. La relación entre los miomas y la fertilidad dependerá principalmente de su localización. Los miomas submucosos, que afectan a la cavidad endometrial, son los que más pueden afectar a las posibilidades de conseguir un embarazo.
- Pólipos endometriales: los pólipos endometriales son unas formaciones glandulares que se encuentran en la cavidad endometrial. Su diagnóstico suele ser casual y pueden reducir las posibilidades de conseguir un embarazo.
La prueba diagnóstica de elección para saber el estado del útero es la ecografía. La ecografía nos permite valorar la morfología del útero y de la cavidad endometrial para descartar la presencia formaciones patológicas.
La ecografía tiene la ventaja de ser una técnica fácil, que no necesita preparación previa y que se puede realizar en la consulta.
Con la incorporación de la ecografía 3D podemos obtener información adicional que nos permita mejorar el diagnóstico de malformaciones uterinas, evitando la realización de pruebas más complejas como puede ser la resonancia magnética.
El tejido endometrial participa en la implantación de los embriones en el útero. El endometrio tiene un periodo determinado en cada ciclo en el cual es receptivo para los embriones. Este periodo receptivo se denomina ventana de implantación.
El estudio de la ventana de implantación es de gran importancia de cara a los tratamientos de reproducción asistida.
La histeroscopia es la prueba indicada cuando se sospecha algún tipo de patología en la cavidad uterina. La histeroscopia consiste en introducir una pequeña cámara en el interior del útero para ver directamente la cavidad endometrial. Además, mediante la histeroscopia es posible obtener muestras del tejido endometrial para su estudio.
El tratamiento quirúrgico de los problemas uterinos se reserva para aquellos que afectan a la cavidad. En estos casos la cirugía se realizará por vía histeroscópica. La histeroscopia quirúrgica es un tipo de cirugía ambulatoria mínimamente invasiva.
Pruebas de esterilidad del hombre
Hasta en un 50% de las parejas que consultan por esterilidad puede haber un problema en el semen. Por este motivo el estudio básico de esterilidad siempre debe incluir una valoración de la calidad del semen.
El seminograma es la prueba más sencilla para conocer el estado de los espermatozoides. El seminograma valora aspectos como la cantidad, la movilidad y la morfología de los espermatozoides. Una baja cantidad de espermatozoides, una mala movilidad o un número elevado de espermatozoides con anomalías en su morfología pueden justificar que no se consiga el embarazo.
Cuando el resultado del seminograma está en el límite de la normalidad se debe realizar un test de REM. Esta prueba nos informa sobre el número total de espermatozoides móviles recuperados. En función del resultado podremos elegir el tratamiento de reproducción asistida adecuado.
Para que un seminograma sea valorable se deben cumplir una serie de requisitos:
- Tiempo de abstinencia entre 3 y 5 días
- Evaluar la muestra en menos de una hora desde su obtención
También hay que tener en cuenta que el uso de ciertos medicamentos o procesos como la fiebre pueden afectar a la calidad de este.
El tratamiento más eficaz para los casos de vasectomía es la fecundación in Vitro con obtención de espermatozoides directamente de los testículos mediante una punción testicular.
La reversión de la vasectomía queda limitada a casos excepcionales en los que haya pasado muy poco tiempo desde que se haya realizado la vasectomía y con buen pronóstico reproductivo.