Después de la transferencia embrionaria se inicia un período de unas dos semanas antes del test de embarazo en el que pueden aparecer síntomas de la implantación embrionaria. Los síntomas que pueden darse son variados, pero el hecho de no tenerlos no implica que no haya habido implantación. Es frecuente que durante estos días, se esté pendiente de los signos que envía el cuerpo en busca de algún indicio de embarazo. En este artículo repasamos cuales son los síntomas que pueden producirse y qué recomendaciones seguir.
¿Qué es la implantación embrionaria?
La implantación embrionaria es el proceso por el cual el embrión se adhiere al endometrio para poder recibir oxígeno y nutrientes de la madre por vía sanguínea y poder así continuar su desarrollo. Para poder implantar, es imprescindible que el embrión esté en estadio de blastocisto y que rompa los vasos sanguíneos del endometrio para formar unos nuevos que le permitan el intercambio con la sangre de la madre. La rotura de los pequeños vasos del endometrio hace que se produzca el famoso manchado de implantación.
¿Sangrado de implantación o menstruación?
Tras la implantación del embrión, puede percibirse un ligero sangrado, en ocasiones casi imperceptible, y en otros casos puede darse un sangrado de implantación abundante. La duración de este sangrado también depende de cada mujer y puede durar de uno a tres días.
Las mujeres que tienen reglas poco abundantes o irregulares pueden confundir el sangrado de implantación con la menstruación. Para diferenciarlos, es importante fijarse en la textura. En el manchado de implantación es mucho más ligera y no contiene coágulos de sangre cómo sí ocurre con la menstruación.
Otros síntomas de la implantación embrionaria
Otros síntomas que pueden resultar significativos y pueden ser el resultado de que la implantación embrionaria ha sido un éxito son:
- Cólicos, de uno o dos días de duración, similares al dolor que se siente durante la menstruación
- Ligero hinchazón de los senos, sobre todo de la aureola y el pezón
- Ganas frecuentes de orinar
- Molestias por diarrea o estreñimiento, así como acidez de estómago
- Somnolencia, sobre todo después de las comidas.
- Náuseas e incluso vómitos, especialmente al despertarse, normalmente a partir de la segunda semana.
- Aborrecimiento de la comida, tabaco y ciertos olores
Los mareos, pinchazos, cólicos o dolor abdominal y lumbar son muy habituales tras la transferencia embrionaria. En su mayoría, se deben a la propia estimulación ovárica que ha seguido la mujer, especialmente en los casos de fecundación in vitro con óvulos propios. También pueden aparecer por la misma punción folicular o por la preparación de la menstruación. En el caso de receptoras de óvulos, los mareos pueden ser debidos al tratamiento hormonal. La ansiedad que se genera durante estos días de espera también puede provocar la sensación de mareo.
No obstante, es importante tener en cuenta que cada mujer siente y vive la implantación de forma muy diferente. Aunque la espera hasta el resultado es un periodo complicado lleno de expectativas e ilusiones por el enorme deseo de ser madre, es importante no obsesionarse, estar relajadas y mantener una actitud positiva que sin duda ayudará en el proceso hasta el test de embarazo definitivo.
A pesar de que los síntomas explicados sean los más frecuentes cuando las cosas van bien, en muchas ocasiones la mujer está totalmente asintomática, es decir, no tiene ningún tipo de molestia o síntoma y está embarazada. Por el contrario, también hay mujeres con todos los síntomas de embarazo y finalmente éste no se ha producido. Esto lo que nos demuestra es que cada paciente es diferente y que es necesario esperar hasta el día de la prueba de embarazo para conocer si el tratamiento ha sido un éxito o no.