Cuando hacer un test de embarazo tras una FIV

30 / 09 / 2019


El test de embarazo consiste en una prueba que permite conocer el nivel de beta-HCG  (gonadotropina coriónica humana), que es la hormona que se produce por las células de la placenta tras la implantación del embrión. El test puede ser cualitativo, cuando indica si se está embarazado o no, o cuantitativo, cuando permite conocer el nivel exacto de la hormona de embarazo.

Tipos de pruebas de embarazo

Prueba de embarazo casera

Los test de embarazo en orina, también llamados predictor, pueden adquirirse en cualquier farmacia y conocer así, cómodamente desde casa, si estás embarazada o no. Miden el nivel de hormona beta-hCG en orina, de tal forma que si encuentra esta hormona el predictor reacciona con los anticuerpos y muestra el resultado. Normalmente detectan niveles de hormona de entre 25 y 50mUl/ml y tienen una fiabilidad del 95-97%.

Es recomendable realizar el test con la primera orina de la mañana porque es el momento en el que la concentración de la hormona es más alta. Primero, hay que quitar la tapa protectora del test (donde está la tira reactiva) y colocarlo durante unos 5 segundos bajo el chorrito de orina. A continuación, se debe poner de nuevo la tapa del test para evitar interferencias con otras sustancias y esperar unos 5-10 minutos a que aparezca el resultado.

Actualmente también hay test digitales que además de indicar si hay embarazo, indican el tiempo de gestación.

Prueba de embarazo en sangre

Existen dos tipos de pruebas en sangre: cualitativo y cuantitativo. El primero, al igual que el test de orina, indica un positivo o negativo. El segundo indica además la concentración de hormona beta-hCG en sangre. Se considera que los valores inferiores a 10mUl/ml son dudosos de gestación. En este caso, se recomienda repetir el test y analizar la evolución de la beta-hCG. Si ese valor se duplica aproximadamente cada 48 horas, el embarazo evoluciona.

¿Es posible que el predictor resulte negativo y la prueba de embarazo en sangre positiva?

Debida a la diferente sensibilidad de ambas pruebas pueden originar resultados diferentes. Los test en orina detectan niveles hormonales superiores a los 25 o 50 mUI/ml, dependiendo del tipo de test que compremos. Por el contrario, en el análisis de sangre, podemos detectar valores menores. Por tanto, si utilizamos un predictor de sensibilidad 50 y la concentración de hormona beta-hCG en nuestro organismo es de 30, el predictor resultará negativo y, el test de embarazo en sangre, positivo.

¿Cuándo se debe realizar un test de embarazo tras una FIV? 

Tras un tratamiento de reproducción asistida , hay que restar los días de cultivo de los embriones a los 14 días de referencia que se estima. Por ejemplo, si los embriones transferidos son de día +3, las pruebas pueden realizarse a los 11 días de la transferencia embrionaria. Por tanto, 11 días de beta espera más los 3 días de cultivo, resultan 14 días desde la punción. Este período transcurrido entre la transferencia embrionaria y la fecha del test de embarazo es lo que se conoce como betaespera.

Si el resultado es positivo, para asegurarte, deberás realizar una ecografía abdominal para poder confirmar con mayor seguridad que el desarrollo embrionario se está produciendo con normalidad.

¿Es fiable realizar un test de embarazo antes de tiempo? 

Durante los primeros días de desarrollo, el nivel de beta-hCG es bajo. Realizar la determinación antes no ayudará ya que la actividad embrionaria es tan pequeña que no produce suficiente cantidad para que se pueda medir. Por esta razón, existe una alta probabilidad de que el resultado sea negativo independientemente de si se está o no embarazada. Por eso, se recomienda esperar aproximadamente 15 días desde la relación sexual o el tratamiento de reproducción asistida. Pasado ese tiempo el nivel de la hormona ya habrá aumentado lo suficiente como para ser detectado por el test.

¿Cuándo puede producirse un falso positivo?  

Generalmente la hormona beta-hCG indica embarazo, pero existen situaciones que pueden dar lugar a un aumento de sus niveles:

  • Ingesta de fármacos que contienen hCG: en tratamientos de reproducción asistida es común y pueden provocar un falso positivo.
  • Tumores ováricos: un valor elevado puede indicar un crecimiento anómalo de células cancerígenas.
  • Embarazo ectópico: existe implantación embrionaria, pero fuera del útero.
  • Embarazo anembrionado: se desarrolla el saco embrionario, pero sin embrión en su interior.
  • Embarazo bioquímico: existe implantación, pero el embrión se pierde a los pocos días de ser implantado.

La prueba de embarazo es quizás uno de los periodos de mayor nerviosismo en una pareja y la ansiedad en los días previos es una tónica bastante común. Por eso, ahora más que nunca, debes ser paciente, tratar de mantener alejado el estrés y seguir los consejos de tu especialista para no adelantar acontecimientos.

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