Una de las preocupaciones frecuentes que se plantean al inicio de un tratamiento de reproducción asistida es cómo compaginarlo con el trabajo. Lo cierto es que, salvo el día de la punción folicular, se puede mantener la actividad laboral con total normalidad. La fecundación in vitro es una técnica prácticamente indolora y que, en principio, no requiere que la paciente se ausente mucho tiempo de su trabajo, salvo algunas citas médicas: visitas al ginecólogo, analíticas, ecografías o pruebas médica.
A continuación, repasamos las distintas fases del tratamiento y lo que debes tener en cuenta:
La estimulación ovárica
Durante esta primera fase, el objetivo es lograr que todos los óvulos que inician el crecimiento en ese ciclo logren el estado de maduración final y no solo uno de ellos como ocurre de forma natural. Para ello, es necesario seguir una pauta de medicación para estimular los óvulos y prepararlos para el día de la extracción.
Esta fase suele durar entre 10 y 15 días, y durante este tiempo se puede hacer vida totalmente normal. Además, toda la medicación para FIV viene preparada para que sea autoadministrable y muy sencilla de poner, incluso si tiene que ser durante el trabajo. Como es importante que los horarios de administración de los fármacos sean siempre los mismos para garantizar unos niveles hormonales estables, es recomendable elegir una hora que resulte compatible con la actividad diaria.
Durante este tiempo es necesario realizar exámenes ecográficos para controla el crecimiento de los folículos y saber aproximadamente cuándo los óvulos están maduros. En la mayoría de los casos no serán necesarios más de tres controles ecográficos. Para encajar estas visitas fuera del horario laboral, en Barcelona IVF contamos con un amplio horario.
La punción folicular
En esta fase se extraen los óvulos maduros mediante una intervención quirúrgica sencilla, que tiene una duración aproximada de 15-20 minutos. El día que se produce la punción, sí es recomendable seguir unos hábitos concretos como mantenerse en ayunas horas antes de la intervención y permanecer en reposo horas después de la intervención. Aunque no es obligatorio, lo mejor es evitar sobreesfuerzos durante las siguientes 24 horas a manera de prevención. En este caso, sí es necesario faltar al trabajo 24-48 horas.
En todo caso, se facilita un justificante en el que se informa que la paciente ha sido sometida a una intervención quirúrgica, al igual que cualquier otro tipo de intervención médica.
Transferencia de los embriones
La transferencia de los embriones es un procedimiento sencillo que no requiere anestesia ni ingreso. Es totalmente indolora y de corta duración. Después de la transferencia, la paciente puede regresar a su domicilio y realizar vida normal.
Durante el período de la betaespera, no es necesario ausentarse del trabajo, a no ser que exista una razón específica para hacerlo. De hecho, llevar una vida dentro de la normalidad ayudará a que la espera sea algo más llevadera.
FIV y trabajo: ¿existe protección legal?
Actualmente, no existe hasta la fecha una protección legal especial para las mujeres sometidas a tratamientos de fertilidad en España, pero algunos países con normativas más avanzadas han desarrollado documentos al respecto. Ese es el caso de Bélgica que ha comenzado a preparar una propuesta legislativa que regula estas situaciones para garantizar una mejor protección de la mujer.
Aun así, existen varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia que sostienen que el proceso de Fecundación In Vitro debe ser equiparable a un embarazo real. Esto significa que en caso de que la paciente deba ausentarse de su puesto de trabajo para realizar una visita médica o cualquier prueba, debe tener los mismos derechos que una mujer cuyo embarazo haya sido logrado de manera natural.