Un aborto se define como una pérdida gestacional antes de la semana 20 de embarazo. Esta pérdida va muchas veces asociada a un proceso de duelo y esta tristeza nos puede hacer cuestionar si seremos capaces de lograr un embarazo de nuevo. Según el tipo de aborto, éste puede tener más o menos impacto en la futura fertilidad de la mujer.
Aborto involuntario o espontáneo
Desgraciadamente los abortos espontáneos son comunes en las primeras semanas de embarazo. La mayoría de ellos son causados por problemas genéticos o cromosómicos que comprometen el correcto desarrollo del embrión. Es por eso que a mayor edad de la mujer, con una calidad ovocitaria peor, las probabilidades de aborto también incrementan.
Cuanto más temprano sea el aborto, menos impacto tendrá. Abortos en las primeras semanas se evacuan de forma natural con una hemorragia con coágulos. Sin embargo, si la pérdida fetal se produce más adelante en la gestación, quizás será necesario realizar un legrado o curetaje, una intervención quirúrgica ambulatoria para raspar las paredes del útero y eliminar los posibles restos embrionarios. Este raspado, si no se realiza correctamente, puede afectar las paredes del útero y complicar la futura fertilidad de la mujer.
Aborto voluntario o inducido
El aborto inducido o interrupción voluntaria del embarazo puede realizarse mediante medicación en las semanas iniciales de gestación. Más allá del segundo mes, sin embargo, solamente puede realizarse un aborto instrumental, ya sea una aspiración hasta la 14 semanas de gestación, o un legrado de la cavidad uterina.
Abortos recurrentes
Sufrir un aborto no implica tener problemas de fertilidad. Un caso especial, sin embargo, son los abortos recurrentes, cuando la mujer sufre 3 o más abortos espontáneos de manera consecutiva. Esto sí nos podría indicar posibles anomalías genéticas, factores inmúnológicos o malformaciones uterinas que sí perjudicarían la fertilidad y reducirían las posibilidades de lograr un embarazo a término si no se tratan adecuadamente.
Buscar un nuevo embarazo tras un aborto
Debido a que la mayoría de abortos no afectan la fertilidad, el tiempo de espera para buscar un nuevo embarazo depende sobretodo de la recuperación emocional de la mujer tras el aborto.
A nivel fisiológico, aunque la OMS recomienda esperar hasta 6 meses para intentar de nuevo concebir, muchos médicos recomiendan esperar solo un par de ciclos para comprobar que el útero funciona correctamente y el endometrio se forma adecuadamente para poder acoger de nuevo un embrión.