Los miomas o fibromas uterinos son tumores, normalmente benignos, que se desarrollan en la capa muscular del útero (miometrio). Se estima que hasta el 20% de las mujeres puede desarrollar miomas a lo largo de su vida.
Si bien la mayoría de los miomas no afectan la fertilidad, algunos pueden alterar la forma de la cavidad uterina y dificultar la implantación del embrión y afectar a su correcto desarrollo.
Tipos de miomas
Los miomas se clasifican en función del lugar donde se encuentran y su dirección de crecimiento. Según estos criterios, pueden ser:
- Subserosos: Son los miomas más frecuentes. Crecen hacia la cavidad abdominal y suelen ser asintomáticos.
- Intramurales: Su crecimiento es intramiometrial, es decir, se mantienen dentro del miometrio. Su principal efecto es el aumento del tamaño del útero.
- Submucosos: Este tipo de tumor crece hacia la cavidad uterina. Son los miomas menos frecuentes, pero los que provocan más síntomas, ya que aumentan el sangrado menstrual y pueden provocar anemia ferropénica.
Además de esta clasificación, según su morfología los miomas pueden ser pediculados, es decir, unidos al útero por un fino tallo, o sésiles, cuando no tienen tallo.
Principales síntomas de los miomas
En muchos casos, los miomas son asintomáticos y su diagnóstico se produce durante las revisiones ginecológicas rutinarias. Sin embargo, dependiendo de su localización, tamaño y dirección de crecimiento, pueden causar:
- Metrorragia: sangrados entre menstruaciones.
- Menorragia y dismenorrea: menstruaciones más largas, abundantes y dolorosas.
- Dispareunia: relaciones sexuales dolorosas.
- Dolor pélvico e hinchazón abdominal.
- Sensación de presión: sobre la vejiga y el recto.
- Frecuencia urinaria aumentada.
- Anemia ferropénica.
¿Cómo se diagnostican los miomas?
Normalmente, se diagnostican a través de una palpación física o de un control ecográfico. Además, se pueden realizar técnicas más complejas como la histeroscopia, la laparoscopia , la resonancia magnética o la tomografía axial computarizada (TAC) para confirmar el diagnóstico y descartar otros tipos de alteraciones,
Tratamiento de los miomas
El tratamiento de la miomatosis va a depender del tipo de mioma, su tamaño, así como de las características de la paciente, su edad y su deseo de ser madre.
Los miomas de pequeño tamaño y que no presentan sintomatología asociada, no necesitan ser tratado, solo monitorizados.
Existen dos tipos de abordajes para el tratamiento de los miomas:
1. Tratamientos no invasivos
Los más utilizados son tratamientos con antiinflamatorios para controlar el dolor, así como tratamientos hormonales, como anticonceptivos y agonistas de gonadotropinas para mejorar los síntomas.
2. Tratamientos no invasivos
Cuando los tratamientos no invasivos no consiguen controlar los síntomas, se utilizan abordajes quirúrgicos para eliminar los miomas, como la embolización de las arterias uterinas, la miomectomía y la histerectomía.
Relación de los miomas y la fertilidad
La existencia de miomas uterinos no siempre impide que se consiga la gestación, incluso de manera natural.
Los miomas que más afectan a la fertilidad son los submucosos y los intramurales, ya que su crecimiento afecta directamente a la cavidad uterina. Una cavidad uterina irregular está vinculada a fallos de implantación y abortos de repetición . Asimismo, se ha observado que los miomas pueden llegar a comprimir las trompas de Falopio, lo que puede obstaculizar la fecundación.
El manejo de los miomas uterinos debe ser individualizado, y debe considerar no solo el tamaño y la localización del tumor, sino también los síntomas y el deseo reproductivo de la paciente. Gracias a los avances en diagnóstico y tratamiento, es posible abordar esta condición de manera eficaz y preservar calidad de vida y, en muchos casos, la fertilidad de las pacientes. Por este motivo, es importante contar con una evaluación médica adecuada que asegure la mejor estrategia terapéutica basada en las necesidades individuales de la paciente.
Dra. Cristina Guix
Ginecóloga experta en fertilidad en Barcelona IVF