¿Has oído hablar del cortisol o la hormona del estrés? ¿Es perjudicial? ¿Afecta a la fertilidad? A continuación, hacemos un repaso sobre esta hormona y te damos 3 consejos para reducir sus niveles elevados.
¿Qué es el cortisol?
El cortisol es conocido comúnmente como la hormona del estrés y se activa en situaciones de alerta, amenaza, miedo e incertidumbre. Esta hormona es esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Sin embargo, aunque es imprescindible, su elevación de manera crónica en el cuerpo lo lleva a comportarse como si fuera una sustancia tóxica. Por tanto, el cortisol no es una hormona perjudicial, pero sí lo es su exceso.
¿Qué sucede cuando una persona tiene estrés crónico?
El cuerpo humano consta de mecanismos de adaptación y reacción frente al estrés, pero en presencia de un exceso de cortisol en sangre por un lapso prolongado, estos mecanismos se saturan. Por otro lado, las concentraciones anormalmente altas de esta hormona sostenidas en el tiempo también producen una alteración en la respuesta inflamatoria, disminuyendo la capacidad del sistema inmune para combatir infecciones y, consecuentemente, incrementando el riesgo de padecer diferentes enfermedades.
¿El estrés crónico afecta a la fertilidad?
El ciclo menstrual implica modificaciones significativas en el equilibrio hormonal de las mujeres y conlleva cambios físicos y psicológicos que, además, se ven influenciados por el estrés (a niveles fisiológicos y crónicos). Se ha observado que el exceso de cortisol puede reducir el deseo de tener relaciones sexuales, podría alterar los niveles de estrógenos y progesterona y, consecuentemente, afectar al ciclo menstrual provocando anovulación, ciclos más largos y ciclos irregulares. En conclusión, estas consecuencias podrían derivar en problemas de infertilidad.
¿Cómo se pueden reducir los niveles de cortisol?
Hay muchas maneras de disminuir el cortisol y los niveles de ansiedad o estrés. A continuación, te contamos 3 de ellas:
- Practica ejercicio físico con regularidad y al aire libre: gracias a la práctica deportiva aumenta la producción de hormonas claves para combatir los altos niveles de ansiedad o depresión. Sin embargo, es importante destacar que, en el ejercicio físico de alta intensidad, el cuerpo puede aumentar los niveles de cortisol al considerarlos una amenaza. Por este motivo, se recomiendan actividades de baja intensidad como, por ejemplo, yoga o pilates. Asimismo, los beneficios aumentan cuando estas actividades se desarrollan al aire libre.
- Medita: el mindfulness, o también conocido como atención plena, es una práctica meditativa que trata de observar intencionada y atentamente el momento presente. Distintos estudios científicos han demostrado que ofrece múltiples beneficios, entre ellos la disminución de marcadores específicos de la inflamación y la reducción de los niveles de cortisol.
- Incrementa tus niveles de oxitocina: esta hormona es comúnmente conocida por su función en el parto y la lactancia, pero también interviene en las relaciones humanas como, por ejemplo, en el enamoramiento. De hecho, las áreas cerebrales asociadas al mundo emocional y social, como el hipotálamo o la amígdala, tienen muchos receptores de oxitocina. ¿Pero cómo se vincula la oxitocina con el cortisol? En estudios científicos se ha evidenciado que, cuando la concentración de oxitocina incrementa, los niveles de cortisol se reducen. Por tanto, potenciar la oxitocina es clave para mitigar el estrés. Algunas maneras de potenciarla son: rodeándote de personas que te hagan sentir bien, compartiendo tiempo con tu mascota o estimulando el contacto físico a través de un abrazo o un masaje.
Interesante, ¿verdad?