Los pechos pequeños no permiten la lactancia
¡Falso! La medida y la forma del pecho no afectan a la lactancia. Además, tampoco influye en la cantidad de leche que se produce. De manera que si tienes unos pechos grandes o pequeños no tienes porqué tener dificultades a la hora de amamantar.
En mujeres que quieren ser lactantes se recomienda consultarlo previamente con su doctor/a
¡Verdadero! Hay cirugías que puede impedir que amamantes, así como hay medicaciones que se excretan en leche y que pueden llegar al bebé. Por esta razón, es importante que consultes con tu médico/a sobre tu voluntad de amamantar.
Si los primeros días tengo poca leche no podré dar el pecho más adelante por insuficiente cantidad
¡Falso! La succión del bebé hace que la producción de leche aumente, por lo que no deberías preocuparte.
Lactar duele
¡Falso! Amamantar no debería ser doloroso. De hecho, el dolor normalmente suele ser indicativo de que algo no va bien.
La lactancia solo favorece al bebé
¡Falso! La lactancia aporta una nutrición ideal a los bebés, pero no solo favorece a ellos. En las madres ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama y ovarios y puede ayudar a perder peso. Además, algunos estudios indican que podría disminuir el riesgo de tener depresión posparto.
La leche materna puede oler y tener gustos o colores diferentes en función de lo que la madre come
¡Verdadero! De hecho, exponer al bebé a diferentes sabores durante la lactancia puede hacer que sea más fácil en un futuro introducir alimentos con sabores variados. A parte, la leche materna puede cambiar su color dependiendo de la ingesta de determinados alimentos.
Se recomienda alargar la lactancia materna lo máximo posible
¡Falso! La lactancia materna exclusivamente se recomienda hasta los 6 meses. Después puedes ir introduciendo alimentos e ir disminuyendo la leche materna hasta los 6 meses siguientes.
No se debe fumar en períodos de lactancia
¡Verdadero! Ya sabemos que el tabaco es perjudicial para la salud de cualquier persona y esto también implica dañar al bebé lactante. Algunos de los efectos son:
- Mayor susceptibilidad de presentar patologías respiratorias
- Futura obesidad
- Aumento del riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante, es decir, muerte repentina de bebés de menos de 1 año.
Además, puede producir reducción de la producción de leche.