Lograr el embarazo implica que muchas etapas se realicen con éxito: la ovulación, la fecundación, etc. La implantación es una de estas fases esenciales en el desarrollo embrionario, pero también es la gran desconocida. A continuación, te explicamos lo que deberías saber sobre ella.
¿En qué consiste la implantación?
La implantación es el proceso por el cual el embrión se adhiere a la superficie endometrial e invade el epitelio y, posteriormente, la circulación materna para formar la placenta.
Para que esta fase suceda es imprescindible contar con un endometrio receptivo y un embrión de calidad. Además, debe haber una correcta y compleja sincronización e interacción entre ambos.
Otros factores involucrados en la implantación del embrión son los niveles de progesterona y de estrógenos, claves en los cambios estructurales y funcionales del útero previos a la implantación.
¿Qué implica tener un endometrio receptivo?
Conocemos como endometrio receptivo el momento en que el endometrio reúne las condiciones óptimas para que suceda la implantación como, por ejemplo, el nivel de grosor. Este periodo de tiempo se conoce como ventana de implantación y sucede entre los días 16 a 22 de un ciclo menstrual normal de 28 días, unos 5-10 días después del aumento de la hormona luteinizante (LH).
¿Cuáles son las fases de la implantación?
Este proceso consta de 3 fases que duran entre 3 y 4 días:
- Aposición: El blastocisto entra en contacto con el lugar de implantación del endometrio.
- Adhesión: Las células trofoblásticas (trofoectodermo) del blastocisto se adhieren al epitelio endometrial.
- Invasión: Las células del trofoblasto fetal invaden y migran al estroma endometrial.
Fallos de implantación
Cuando ha habido 3 intentos sin éxito en el tratamiento de fecundación in vitro hablamos de fallos de implantación. Estos fallos pueden suceder por diversas causas:
- Factores relacionados con el embrión: La genética y la calidad embrionaria influyen en la capacidad de implantar adecuadamente. Los embriones euploides (con 46 cromosomas normales) y de buena calidad tienen menor tasa de fallo de implantación.
- Factores relacionados con el endometrio: como hemos comentado anteriormente, la receptividad endometrial es fundamental para la implantación embrionaria. Además, algunas anomalías uterinas pueden perjudicar este proceso.
- Causas sistémicas: Existen alteraciones que afectan negativamente a la implantación como, por ejemplo, las enfermedades relacionadas con la coagulación (como las trombofilias) o las alteraciones inmunológicas (como las patologías autoinmunes).
El diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad debido a fallos de implantación mejorará a medida que la investigación científica avance y esclarezca las vías moleculares de este proceso. En Barcelona IVF seguiremos de cerca todos estos progresos y continuaremos explicándolos aquí, en nuestro blog.