El Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) es una técnica que permite seleccionar los embriones sin alteraciones genéticas para aumentar las posibilidades de éxito del embarazo.
En este artículo os presentamos el testimonio de Federica, una mujer que gracias a la fecundación in vitro (FIV) con DGP finalmente pudo tener a su hija.
Identificación de un problema de fertilidad
Federica y su marido decidieron investigar si tenían algún problema de fertilidad después de un año intentando el embarazo sin éxito. Fue entonces cuando un espermograma reveló que había un problema de hipofertilidad que dificultaba la concepción. Una serie de exámenes minuciosos y ecografía de los testículos mostraron que su pareja tenía varicocele, una dilatación de las venas a nivel testicular que puede alterar la espermatogénesis y que afecta al 22 % de los hombres y es responsable del 40 % de los casos de infertilidad masculina . Este problema es fácil de tratar con una cirugía ambulatoria, mejorando enormemente los parámetros de fertilidad.
Otros exámenes más exhaustivos que incluyeron un FISH, y estudios de fragmentación y descondensación del ADN espermático para analizar la dotación cromosómica de los espermatozoides mostraron que no había ningún problema genético adicional.
Dificultades añadidas
Después de la cirugía, adoptaron un estilo de vida impecable para aumentar la fertilidad natural. Redujeron el consumo de alcohol, su pareja dejó de fumar por completo y mejoraron su dieta. Un año después, el esperma de su marido había mejorado significativamente, aunque aún no lograban concebir de forma natural.
Entonces, acudieron a un ginecólogo especialista en reproducción asistida , quien diagnosticó a Federica con endometriosis. A pesar de haber consultado con muchos ginecólogos desde la adolescencia debido a su dolor menstrual intenso, nunca le habían detectado la endometriosis.
Federica consultó con un especialista en París, quien confirmó que las lesiones de la endometriosis no habían afectado sus ovarios, trompas ni útero. El ginecólogo consideró que la cirugía no era una buena opción y sugirió tratamientos de inducción de la ovulación.
Primeros tratamientos de reproducción asistida
Federica se sometió a dos inducciones de la ovulación y tres inseminaciones intrauterinas, pero ninguna tuvo éxito. Finalmente, decidieron optar por la FIV, aunque no fue una decisión fácil y les llevó tiempo asimilarla.
Federica comenzó a investigar y descubrió que las tasas de éxito de la FIV en el extranjero eran mejores que en Francia, y que existía la posibilidad de realizar FIV con DGP para aumentar las probabilidades de éxito. Inicialmente, acudieron a una clínica en Europa, pero la experiencia no fue satisfactoria. Tras la estimulación ovárica y la fertilización, solo consiguieron un blastocisto al que no pudieron realizar el DGP. Aunque la implantación fue exitosa, el embarazo no progresó y terminó en aborto.
Experiencia en Barcelona IVF
Después de este duro golpe, que tuvo un fuerte impacto psicológico en Federica y su pareja, decidieron volver a intentar la FIV, pero esta vez optaron por Barcelona IVF . Contactaron con la Doctora Cristina Guix, quien, después de estudiar detenidamente el historial de Federica, propuso un protocolo de tratamiento.
Federica hizo la estimulación ovárica bajo la supervisión de su ginecólogo y viajaron a Barcelona para la punción folicular. El día de la obtención de los óvulos fueron llevados a la clínica, donde Federica se sintió muy cuidada y tranquila al encontrar que el personal hablaba francés.
El procedimiento fue con anestesia general y duró unos 10 minutos. Se obtuvieron 17 ovocitos de los cuales 15 fueron fecundados consiguiendo 11 embriones y finalmente 9 blastocistos. El DGP reveló que algunos de los blastocistos no eran viables genéticamente, un hallazgo común debido a la aneuploidía, que es la presencia de un número incorrecto de cromosomas; aunque pudieron identificar tres embriones genéticamente viables.
El proceso culminó con la transferencia de un embrión sano, un momento mágico que Federica y su pareja pudieron ver en una pantalla, y finalmente, un test de embarazo positivo.
A Federica y su marido les quedan dos embriones sanos vitrificados y están en proceso de transferir un segundo embrión, así que les deseamos mucha suerte.
La historia de Federica es una demostración de resiliencia y perseverancia, pero además pone de relieve la importancia de elegir los profesionales adecuados para que te acompañen durante el proceso. Para aquellos que estén considerando este camino, Federica aconseja que se mantengan informados, busquen clínicas de confianza y se preparen para los altibajos emocionales del proceso, y les recuerda que la recompensa al final del camino hace que cada paso valga la pena.
El testimonio completo de Federica se puede escuchar en el podcast IN-Fertile Cast “Devenir parents grâce à une FIV avec diagnostic pré-implantatoire (DPI)” (solo disponible en francés).