Cuando bajan las temperaturas, es común preguntarse si el frío puede tener algún efecto sobre la fertilidad. Aunque no hay que preocuparse en exceso –el cuerpo humano está preparado para mantener su temperatura interna estable–, cada vez hay más estudios que exploran cómo el clima y los cambios de estación pueden influir en la salud reproductiva.
El frío y la fertilidad masculina
En los hombres, la temperatura es un factor importante. Los testículos necesitan mantenerse ligeramente más fríos que el resto del cuerpo para producir espermatozoides de buena calidad. Por eso están situados fuera del abdomen.
Si bien el exceso de calor se ha asociado con una menor calidad del semen, la evidencia no es tan clara en el caso de temperaturas muy bajas. Algunos estudios sugieren que la exposición a temperaturas muy bajas podría afectar a la movilidad y a la forma de los espermatozoides, mientras que otros señalan que durante el invierno los parámetros seminales tienden a mejorar respecto al verano.
Como afecta en las mujeres
En mujeres, el frío no tiene un impacto directo sobre la fertilidad, ya que no impide la ovulación ni la implantación. Sin embargo, sí puede influir en cómo nos sentimos. Durante el invierno es habitual sentirse más cansado, con niveles más altos de estrés y con una reducción en la actividad física, lo que puede derivar en hábitos menos saludables. Estos factores sí pueden afectar a la fertilidad de forma indirecta.
El papel del estrés y la circulación
Cuando hace frío, los vasos sanguíneos se contraen para conservar el calor corporal. Esto reduce la irrigación en algunas zonas del cuerpo, incluida la pelvis. Además, el cuerpo libera hormonas como la adrenalina o el cortisol, típicas de las respuestas de “estrés por frío”.
Si este estado se mantiene mucho tiempo, puede alterar el equilibrio hormonal y, a largo plazo, afectar a la función reproductiva. Mantener una buena circulación, descansar lo suficiente y cuidar la alimentación resulta fundamental durante el invierno.
Consejos para cuidar la fertilidad en invierno
- Abrígate bien, sobre todo en la zona pélvica y lumbar.
- Evita los cambios bruscos de temperatura y las exposiciones prolongadas al frío intenso.
- Muévete a diario, incluso con paseos corto. El ejercicio favorece la circulación y el equilibrio hormonal.
- Aliméntate de forma saludable, con alimentos ricos en antioxidantes y vitaminas del grupo B, que ayudan al equilibrio hormonal y al metabolismo energético.
- Cuida el descanso y el bienestar emocional, porque el estrés puede afectar tanto como el clima.
El frío no es un enemigo directo de la fertilidad, pero sí puede influir en su equilibrio, especialmente si se combina con factores como el estrés, el cansancio o unos hábitos poco saludables. Mantener el cuerpo activo, bien nutrido y protegido frente al frío ayuda a preservar una buena función reproductiva incluso en los meses más fríos del año.
Dra. Cristina Guix
Ginecóloga experta en fertilidad en Barcelona IVF
