La aparición de los miomas uterinos es bastante frecuente. Se calcula que entre dos y cuatro de cada diez mujeres desarrolla algún mioma alguna vez en su vida, especialmente a partir de los 30 años, y con más frecuencia en los 40.
Los miomas son tumores benignos formados por tejido muscular, que pueden presentarse uno o varios al mismo tiempo. Tanto sus síntomas como su tratamiento dependen de su tamaño y localización. Así, mientras que en algunos casos no será necesario realizar ninguna intervención, en otros será recomendable su eliminación mediante cirugía para poner fin a sus síntomas y permitir el embarazo.
Tipos de miomas
Existen tres tipos de miomas:- Miomas subserosos: los que se sitúan fuera del útero y no afecta en nada la fertilidad.
- Miomas intramurales: los que se sitúan dentro de la pared del útero y pueden generar problemas si miden más de 5 cm.
- Miomas submucosos: los que se sitúan en la cavidad endometrial o uterina. Al estar en contacto con el endometrio, pueden provocar alteraciones menstruales (reglas abundantes o sangrados fuera de ciclo) que pueden derivar en anemias. Estos pueden además impedir el embarazo, puesto que en algunos casos pueden dificultar la implantación del embrión y ser causa de abortos espontáneos. Por este motivo y por las molestias que provocan, se recomienda siempre su extracción una vez son diagnosticados, especialmente en aquellas mujeres que deseen quedarse embarazadas.
¿Cuáles son sus síntomas?
A menudo no se presentan síntomas, pero los más frecuentes son:
- Menstruaciones abundantes, largas o dolorosas
- Sangrados entre menstruaciones
- Dolores pélvicos
- Hinchazón en el vientre
- Sensación de presión en vejiga, uréter y recto
- Dolor durante las relaciones sexuales
Cuando los miomas crean síntomas importantes o su tamaño es grande pueden llegar a dificultar la fertilidad o complicar el embarazo, con lo que se haría necesario extirparlos.
Miomas y fertilidad
Uno de los motivos que explican la relación entre miomas y fertilidad, es que éstos pueden llegar a oprimir las trompas de Falopio impidiendo la fecundación del óvulo y por tanto la infertilidad. Por otra parte, esta afección se relaciona en ocasiones con abortos de repetición.
Su diagnóstico es bastante fácil. La revisión anual con en el ginecólogo, a través de una ecografía, puede detectar la presencia y el tamaño de los miomas.