La disfunción eréctil es la incapacidad de mantener una erección firme que permita tener relaciones sexuales. Aunque tradicionalmente se ha usado el término impotencia como sinónimo en realidad la disfunción eréctil es un tipo de impotencia.
Qué es la disfunción eréctil
Es una patología cuya incidencia va en aumento, ya que entre sus factores desencadenantes están el estrés o la exposición a factores tóxicos como el alcoholismo, el tabaquismo o el consumo de marihuana.
Sus causas más probables
Sin embargo las causas más frecuentes son aquellas que afectan a la inervación o irrigación del pene, así como a los músculos responsables de la erección. Entre estos procesos están la edad (hasta un 20% de varones de más de 65 años tienen algún grado de disfunción eréctil), la diabetes, la arteriosclerosis o alteraciones neurológicas degenerativas o como consecuencia de traumatismos.
También el consumo de determinados fármacos (antidepresivos, cimetidina, antihipertensivos, tranquilizantes o antihistamínicos) puede producir disfunción eréctil, pero en estos casos siempre será reversible desapareciendo tras la supresión del medicamento.
Evidentemente la incapacidad de tener una relación sexual con penetración puede condicionar las posibilidades de tener un hijo. Ante una historia de esterilidad lo primero es realizar un estudio andrológico detallado para descartar factores que puedan tratarse. Identificar fármacos que puedan causarla, realizar cambios en el estilo de vida para abandonar conductas de riesgo y recibir soporte psicológico pueden ser suficiente para reconducir la situación satisfactoriamente.
Algunos de sus tratamientos
Desde el punto de vista médico el mayor avance lo ha constituido la aparición del Sildenafilo (Viagra®), un fármaco que inicialmente se diseñó para tratar problemas hipertensivos y anginas de pecho. En la misma familia se incluyen el Tadafilo (Cialis®) y Vardenafilo (Levitra®). Todos estos fármacos actúan relajando los músculos que rodean el pene permitiendo un mayor flujo de sangre en su interior, lo que consigue una erección satisfactoria en 3 de cada 4 pacientes que los usan. Es importante destacar que sin un deseo sexual no se producirá la erección, por lo que estos fármacos no son útiles para tratar problemas de la líbido. La aparición de estos fármacos ha hecho que el uso de implantes quirúrgicos peneanos sea hoy mucho menos frecuente.
Como muchos de estos pacientes no tienen problemas para eyacular en los casos en los que los tratamientos farmacológicos no funcionen se puede intentar realizar inseminaciones conyugales o fecundación in vitro para conseguir el embarazo, dependiendo de la edad de la pareja.