Existe una técnica de reproducción asistida que puede lograr que nuestros hijos nazcan libres de enfermedades hereditarias, como la fibrosis quística, la B-talasemia, las distrofias musculares, la hemofilia y otras muchas. Se trata del diagnóstico genético preimplantacional (DGP), una técnica de reproducción asistida usada en FIV .
DGP, la solución
El padecer o ser portador de una enfermedad hereditaria se suele generar una situación realmente angustiosa de cara a plantearse tener hijos por el riesgo que supone que ellos puedan padecer la enfermedad. Cuando en una pareja alguno de sus miembros sea portador o padezca una enfermedad hereditaria conocida se podrá valorar la posibilidad de realizar la técnica de reproducción asistida Diagnóstico Genético Preimplantacional para evitar tener un hijo con la enfermedad.
¿En qué consiste el DGP?
Para llevar a cabo el diagnóstico genético preimplantacional es necesario recurrir primero a una fecundación in vitro para generar suficientes embriones de la pareja para analizar. Los embriones se deben dejar evolucionar en el laboratorio hasta que alcancen el estadio de blastocisto, en su día 5 de desarrollo, y en ese momento se les deberá realizar una biopsia mediante la cual se obtendrán las células necesarias para analizar.
El diagnóstico genético preimplantacional nos permite analizar el DNA de las células biopsiadas para detectar la alteración genética que estamos buscando. De esta forma podremos descartar los embriones portadores de la alteración quedándonos únicamente con los sanos para transferir en el útero materno y así evitar que el niño padezca la enfermedad.
No todas las enfermedades hereditarias pueden ser evitadas mediante el diagnóstico genético preimplantacional. Para ello es necesario que la mutación genética que genera la enfermedad pueda ser localizada en la cadena del DNA. Por este motivo, antes de realizar un tratamiento se debe hacer un estudio de informatividad previo que nos permitirá establecer si es posible la localización de la alteración. En el caso que sea posible, el diagnóstico genético preimplantacional será la solución para evitar tener un hijo con la enfermedad.