La inseminación artificial (IA) es una técnica de reproducción asistida que implica la introducción de espermatozoides, previamente seleccionados, en el útero de la mujer para aumentar las posibilidades de embarazo. En este proceso, la estimulación ovárica controlada (EOC) juega un papel clave a la hora de promover el desarrollo de múltiples folículos ováricos y aumentar las probabilidades de éxito. En IA, se suelen emplear dosis menores de medicación hormonal y las pautas de administración dependen de las características de cada paciente y de la etapa del proceso.
En este blog, exploraremos cuáles son los medicamentos más utilizados en la estimulación ovárica en IA, cómo se realiza la monitorización del proceso y qué complicaciones pueden aparecer:
¿Cuáles son los fármacos hormonales más utilizados para la EOC en inseminación artificial?
Gonadotrofinas
Las gonadotropinas, en concreto la hormona folículo-estimulante (FSH) y la hormona luteinizante (LH), son hormonas hipofisarias que participan en la regulación del ciclo menstrual y que pueden administrarse de forma exógena para estimular el desarrollo folicular y promover la maduración de múltiples óvulos en los ovarios.
HCG
Por otro lado, la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG) se utiliza para inducir la ovulación una vez que los folículos alcanzan la madurez adecuada, lo que optimiza el momento para la inseminación.
Citrato de clomifeno
El citrato de clomifeno es un medicamento administrado por vía oral con efecto antiestrogénico que aumenta la sensibilidad del ovario a las gonadotropinas, además de estimular el desarrollo folicular e inducir la ovulación. Es un fármaco que no se usa mucho en la actualidad para inseminación artificial. Se utiliza más en casos de inducción de ovulación en pacientes que no ovulan.
¿Cuál es la monitorización y posibles riesgos de la estimulación ovárica?
Durante todo el proceso, se debe llevar a cabo una monitorización de la estimulación ovárica y la evaluación de la morfología de los ovarios, del desarrollo folicular y de la maduración de los folículos mediante ecografías y análisis de sangre, con el fin de ajustar la dosis de medicación y optimizar los resultados.
Una de las complicaciones que pueden aparecer durante el proceso es el síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO), caracterizado por una respuesta anormalmente elevada del ovario al tratamiento hormonal. Esto puede provocar un aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y la acumulación de líquido en el abdomen, produciendo dolor.
El riesgo de experimentar este síntoma durante un tratamiento de inseminación artificial es reducido, dado que la estimulación se lleva a cabo con mucha delicadeza. Además, monitorización y el control realizado permite anticiparse a una respuesta del organismo y, en consecuencia, detener la administración de medicamentos antes de que aparezca tal alteración.
En resumen, la estimulación ovárica en IA implica el uso de una combinación de medicamentos que promueven el desarrollo y la maduración de múltiples folículos ováricos y la ovulación. Esta estrategia, combinada con la monitorización cuidadosa y la capacitación espermática, ayuda a mejorar las tasas de éxito de la IA y brinda esperanza a las parejas que quieren ser padres.
Si sigues teniendo dudas con respecto a la medicación utilizada en IA, no dudes en consultarlas con tu especialista en fertilidad.