La reserva ovárica se define como el número total de ovocitos disponibles que tiene una mujer en un momento concreto de su vida. Es un factor determinante en la fertilidad de las mujeres, ya que, si la reserva ovárica es buena tendrá más probabilidades de lograr un embarazo tanto de manera natural como a través de técnicas de reproducción asistida . Por el contrario, una baja reserva ovárica puede suponer problemas de infertilidad.
En condiciones fisiológicas normales, las mujeres nacen con dos ovarios que contienen un número determinado de óvulos cada uno. Se calcula que una niña nace con entre 1 y 2 millones de ovocitos primordiales. Al inicio de la pubertad, se produce un proceso natural llamado atresia folicular, en el que el número de ovocitos se reduce drásticamente, quedando entre 300,000 y 400,000 cuando se produce la primera menstruación (menarquía).
Se estima que en una mujer sana solo llegan a su maduración completa entre 300 y 500 ovocitos, habitualmente uno por cada por cada ciclo menstrual.
El periodo de mayor fertilidad en una mujer se encuentra aproximadamente entre los 20 y los 30 años. En ese momento, si no existen problemas que afecten a la reserva ovárica, las mujeres suelen tener una buena cantidad de ovocitos de buena calidad. A partir de los 35-37 años, comienza un descenso de la reserva ovárica que llega a su completo agotamiento entre los 45 y los 55 años, con el inicio de la menopausia.
¿Cómo se mide la reserva ovárica?
Conocer la reserva ovárica es un factor clave a la hora de conocer la salud reproductiva de una mujer. Existen varias pruebas que se utilizan para su evaluación:
- Hormona antimülleriana (AMH)
Los folículos ováricos producen la hormona antimülleriana (AMH) de manera constante a lo largo del ciclo, por lo que se considera un excelente marcador de la reserva ovárica. A mayor número de folículos presentes en el ovario, mayores son los niveles de AMH en la sangre de la mujer.
De manera general un valor entre 1- 2.9 ng/mL indica una reserva ovárica normal, y valores inferiores a 1 ng/mL es un indicativo de baja reserva ovárica.
- Hormona folículo estimulante (FSH)
La hormona folículo estimulante (FSH) se libera por la hipófisis para estimular el desarrollo de los folículos en el ovario. Si el número de folículos es muy bajo, la hipófisis ha de realizar un esfuerzo mayor y aumentar los niveles de FSH para conseguir su activación. Por tanto, niveles elevados de FSH (mayores de 13mUI/mL) son indicativos de baja reserva ovárica. Los valores inferiores a 10 mUI/mL son característicos de una buena reserva ovárica.
La FSH –al contrario que la AMH– modifica sus niveles a lo largo del ciclo menstrual. Por tanto, la determinación de los valores de FSH como parámetro de reserva ovárica se deben realizar entre el día 3 y el día 5 del ciclo.
- Estradiol (E2)
El estradiol es un indicativo de que los folículos ováricos se encuentran en desarrollo. Por ello, en general, una mayor concentración de estradiol indica una mayor cantidad de folículos en desarrollo en ese ciclo.
Como ocurre con la FSH, los niveles de estradiol se modifican a lo largo del ciclo menstrual, por ello, para utilizarlo como marcador de reserva ovárica se deben medir entre los días 3 y 5 del ciclo.
- Recuento de folículos antrales
Los folículos antrales son folículos ováricos que contienen óvulos inmaduros en su interior. Al contrario que otros estadios del desarrollo folicular (folículo primordial, primario o secundario), los folículos antrales son sensible a la FSH y, por tanto, son susceptibles a continuar su desarrollo a folículo preovulatorio.
Los folículos antrales acumulan líquido en su cavidad interior (el antro), permitiendo su visualización por ecografía transvaginal. Se recomienda hacer el recuento de folículos antrales mediante ecografía, entre el segundo y cuarto día del ciclo (fase folicular temprana).
De manera general, el recuento de folículos antrales se considera normal cuando se pueden contar entre 5 y 10 folículos de un tamaño de entre 2 y 10 mm en cada ovario. Menos de 5 folículos antrales en cada ovario es indicativo de una baja reserva ovárica y más de 12-13 folículos antrales mayores de 2 a 9 mm podría ser un indicativo de ovario poliquístico, según los criterios de Rotterdam.
Asimismo, durante la ecografía se puede medir el volumen de los ovarios, que también es un indicativo de la cantidad de folículos que contiene y, por tanto, de la reserva ovárica.
Conclusiones
La evaluación de la reserva ovárica es fundamental para conocer el potencial reproductivo de una paciente, ya que permite predecir su respuesta a los tratamientos de reproducción asistida y establecer su pronóstico. Sin embargo, es recomendable evaluar la reserva ovárica antes de presentar problemas de infertilidad. Esta información ayuda a tomar decisiones informadas sobre reproducción y permite preservar la fertilidad en el momento óptimo.