Generalmente, cuando hablamos de fertilidad, se suele pensar en el período fértil de la mujer. Sin embargo, la fertilidad masculina es muy importante también. Por esta razón, en esta publicación, hablamos sobre la infertilidad masculina y algunos términos que deberías conocer.
Pruebas para evaluar la fertilidad masculina
En casos de sospechas de infertilidad por parte del hombre o por abortos de repetición , se realizarán diferentes controles.
En primer lugar, se llevará a cabo una exploración física para valorar el estado general y descartar posibles patologías de los órganos sexuales como, por ejemplo, el varicocele. Posteriormente, se solicitará la prueba del seminograma (también conocida como espermiograma o espermograma) para analizar la calidad del semen. Además, también se suele pedir un análisis hormonal para descartar posibles alteraciones en las hormonas sexuales masculinas como la testosterona, la prolactina, la hormona foliculoestimulante (FSH) o la hormona luteinizante (LH), ya que unos parámetros anormales de estas hormonas pueden variar la cantidad y calidad de los espermatozoides. Asimismo, se puede hacer el cariotipo o estudios genético del semen como la hibridación fluorescente in situ (FISH). Sin embargo, a continuación, veremos en profundidad la prueba del seminograma.
¿Qué se analiza en el seminograma? ¿Cuáles son los valores normales?
Como hemos mencionado anteriormente, en el espermiograma se estudian las características que determinan la calidad del semen. La muestra seminal se recoge completamente por masturbación después de 3-5 días de abstinencia y es depositada en un bote estéril. Posteriormente, se analizan algunos parámetros en el laboratorio: volumen, color, viscosidad, pH, movilidad espermática, morfología, concentración espermática, vitalidad o presencia de leucocitos (indicativo de posible infección).
Para saber si estos valores están dentro de la normalidad, consideramos los parámetros establecidos por la OMS:
- Volumen de eyaculado: es la cantidad de semen expulsada durante la eyaculación. Debe ser entre 1,5 mL y 6 mL. Si el volumen obtenido es menor, hablamos sobre hipospermia. Por el contrario, si se obtiene más volumen de 1,5 mL lo denominamos hiperespermia.
- pH: 7,2 o más.
- Viabilidad: 50% de espermatozoides vivos o más.
- Motilidad o movilidad de los espermatozoides: en el estudio existen dos valores: el movimiento total, que debe llegar al 40% como mínimo, y la movilidad progresiva (que debe ser 32% como mínimo). Si la motilidad es menor a los valores de referencia, hablamos de astenozoospermia o astenospermia.
- Morfología de los espermatozoides: se analizan las formas de todas las partes del gameto. La muestra debe contener más de un 4% de espermatozoides con morfología normal. Denominamos teratozoospermia cuando la morfología es inferior al valor de referencia.
- Concentración espermática: debe ser 16 Millones/ml como mínimo, si no hablamos de oligozoospermia.
¿Es posible que no haya espermatozoides en el eyaculado?
Sí, en estos casos hablamos sobre azoospermia, una alteración que causa entre el 3% y el 10% de casos de esterilidad masculina y que no tiene síntomas perceptibles.
¿El estilo de vida puede mejorar la calidad del semen?
Sí, algunos factores de estilo de vida como evitar la exposición a tóxicos ambientales, el consumo de una dieta equilibrada, el ejercicio regular y la reducción del estrés podrían beneficiar la fertilidad masculina.
En resumen, la oligozoospermia y la teratozoospermia son condiciones que pueden afectar la fertilidad masculina. Un diagnóstico adecuado, que incluya seminogramas, pruebas hormonales y posiblemente estudios genéticos, es crucial para determinar la causa subyacente.