Se estima que 1 de cada 5 mujeres tendrá miomas uterinos durante los años fértiles. A continuación, te contamos qué son, su diagnóstico y su tratamiento.
¿Qué son?
Los miomas uterinos son tumores benignos ricos en matriz extracelular que derivan de los miocitos presentes en el miometrio. El miometro es una capa gruesa muscular del útero situada entre el perimetrio y el endometrio.
Existen tres tipos de miomas uterinos: los submucosos (bajo el endometrio), los intramurales (en la pared del útero) y los subserosos (debajo de la superficie exterior del útero).
Su causa es desconocida y son sintomáticos o asintomáticos. Algunos de ellos son: trastornos menstruales y hemorragias, anemia, dismenorrea o dolor en las relaciones sexuales o en el abdomen, etc. Los miomas uterinos que producen síntomas afectan a la fertilidad y limitan la calidad de vida.
¿Cómo se diagnostica?
Para detectar los miomas uterinos se suele recurrir a la ecografía pélvica, aunque también se usa la resonancia magnética, entre otros.
¿Qué tratamientos existen?
Una vez diagnosticado, la terapéutica que se instaurará depende de diferentes aspectos como la edad, los síntomas, si desea quedarse embarazada o el tipo de mioma.
Los miomas submucosos e intramurales pueden tratarse por vía trans-vaginal o trans-cervical, mientras que el subseroso se puede tratar mediante laparoscopia (se usa un tubo estrecho-el laparoscopio- que se inserta en el abdomen a través de una pequeña incisión).
Antiguamente, el tratamiento clásico era la histerectomía, es decir, la extirpación del útero. Esta solución imposibilitaba la opción de gestar, por lo que se han ido explorando otras alternativas para las mujeres que desean ser madres.
Algunos tratamientos empleados en este tipo de miomas son:
- La histeroscopia: consiste en la exploración directa del interior del útero a través de una pequeña cámara. Se puede usar como diagnóstico o como tratamiento. Es una intervención sin cicatrices y con una recuperación rápida.
- La radiofrecuencia: Es un tratamiento conservador del útero que ha revolucionado la terapéutica de los miomas uterinos. Es mínimamente invasivo y consiste en el uso de ondas de radiofrecuencia que generan calor en el interior del mioma y provocan la necrosis coagulativa de las células que lo componen. Este procedimiento capaz de frenar el crecimiento de los miomas no daña el miometrio, ni deja cicatrices. Una vez hecha la radiofrecuencia, la paciente puede hacer una vida normal en 2-3 días y solamente necesita un día de reposo relativo. Además, puede notar molestias pélvicas y un poco de inflamación abdomino-pélvico. Sin embargo no es una técnica de elección cuando se desee un embarazo después.
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