La microbiota intestinal es clave para el óptimo estado fisiológico del organismo, ya que tiene funciones tan importantes como la fabricación de vitaminas K, B (B12, B1, B2…) y neurotransmisores como la serotonina, pero ¿interviene en la salud hormonal? ¿Su desequilibrio puede desencadenar patologías del ciclo menstrual? A continuación, te explicamos cómo se relacionan la microbiota intestinal y la salud hormonal femenina.
¿Qué es la microbiota?
Entendemos como microbiota la comunidad diversa de microorganismos (bacterias, hongos, virus…) que albergamos en nuestro cuerpo y cuyas funciones son esenciales para el mantenimiento de la salud. Este término es diferente a lo que conocemos como microbioma, que es el concepto que engloba la microbiota, los elementos estructurales o la función de la microbiota, entre otros.
Es relevante recalcar que la composición de la microbiota varía según la parte del cuerpo, por lo que contamos con la microbiota intestinal (conocida como flora intestinal), la vaginal, la cutánea, etc. En esta publicación nos centraremos en la microbiota intestinal.
Por otro lado, en ocasiones, esta comunidad de microorganismos puede alterarse debido a múltiples causas. Esta alteración de la microbiota se conoce científicamente como disbiosis.
¿Qué relación existe entre el ciclo menstrual y la microbiota?
La microbiota intestinal está relacionada con la cantidad de estrógenos del cuerpo humano, puesto que se ha observado que interviene en su eliminación y reabsorción. De hecho, existe el término estroboloma para hacer referencia al conjunto de genes bacterianos especializados en regular el equilibrio entre la correcta reabsorción intestinal y la eliminación de los estrógenos.
Esta regulación de estrógenos circulantes incide en la regulación hormonal del ciclo menstrual. Los niveles de estrógenos en sangre actúan de señal para que los órganos reproductores modifiquen la fabricación de otras hormonas sexuales como la testosterona o la progesterona.
¿Qué puede suceder si el estroboloma está desequilibrado?
El estroboloma regula la cantidad de estrógeno por medio de la secreción de la enzima β-glucuronidasa. La acción de esta enzima potencia la reabsorción intestinal de los estrógenos. Si este tipo de microbioma intestinal está alterado, podemos encontrarnos con que se produce más o menos enzima de la necesaria. En la primera situación, al generarse más β-glucuronidasa, habrá más reabsorción intestinal de estrógenos y, por tanto, mayor riesgo de tener exceso de estrógenos o trastornos del metabolismo de los estrógenos.
En el caso contrario, si se produce menos enzima de la necesaria, se potencia la eliminación de estrógenos. Este caso puede ser desfavorable en mujeres que se acerquen a la menopausia, período que se caracteriza por el descenso en la fabricación de estas hormonas.
Por otro lado, se ha relacionado el desequilibrio del estroboloma con trastornos y patologías como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la endometriosis, la infertilidad o el cáncer de mama, entre otros.
¿Sabías que podemos modificar el estroboloma?
Efectivamente. Se ha encontrado que podemos incidir en nuestro estroboloma a través del cambio en el estilo de vida (dieta, ejercicio…), la suplementación con probióticos y prebióticos o con vitamina D.
Interesante, ¿verdad?
