El ácido fólico (o folato) es un término para referirse a una vitamina del grupo B, la vitamina B9. El ácido fólico se encuentra de manera natural en alimentos como verduras de hoja verde, legumbres y cítricos. Esta vitamina participa en la formación de nuevos tejidos, ayuda a la formación de los glóbulos rojos, y colabora con la vitamina B12 en la síntesis de proteínas y el metabolismo del ADN.
Déficit de ácido fólico
Un déficit de ácido fólico puede originar una anemia macrocítica, en la cual los glóbulos rojos presentan un volumen superior al normal, causada por una alteración en la síntesis del ADN. Además, una deficiencia vitamínica también puede provocar niveles anormalmente altos de homocisteína en sangre, ya que el folato participa en su degradación. La homocisteína es un compuesto que el cuerpo necesita para fabricar proteínas y sus valores en sangre deben ser bajos. En la literatura médica se ha relacionado el aumento de los niveles de homocisteína en sangre con problemas cardiovasculares.
Ácido fólico y embarazo
El ácido fólico es esencial para el correcto desarrollo del feto ya que participa en la formación del tubo neural. Deficiencias de ácido fólico pueden causar malformaciones en el cerebro (anencefalia) y la columna vertebral (espina bífida). También se ha asociado un déficit de folato durante la gestación con cardiopatías congénitas.
Suplementos durante el embarazo
El ácido fólico es una vitamina hidrosoluble, es decir, se disuelve en agua y se elimina con la orina. El cuerpo no acumula el folato. Por tanto, para poder mantener niveles adecuados de ácido fólico durante el embarazo es recomendable tomar un suplemento. Este suplemento debe ser de mínimo 400 microgramos (μg), ya sea en comprimidos de ácido fólico o incluido en un compuesto de multivitaminas específico para el embarazo.
Es recomendable que la mujer inicie la suplementación de folato cuando esté buscando una gestación y prosiga durante el embarazo, al menos hasta la semana 12 de gestación. Los defectos graves en el tubo neural aparecen muy temprano en el desarrollo embrionario (semana 3-4 después de la concepción) cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas.