- Tiempo. Que en algunas etapas propias e ineludibles de esos tratamientos tengamos el espacio correcto y necesario para llevarlo lo mas íntimamente posible, sin tener la sensación de que se aceleran los tiempos por masificación del servicio, recibiendo un trato que en ocasiones nos dejan sumidos en un estado de vulnerabilidad e indefensión.
- Presupuestos claros y detallados. Todos sabemos que estos tratamientos conllevan una contraprestación económica en los centros privados y es algo asimilado y aceptado cuando acudimos a ellos, pero precisamos que los presupuestos sean claros en las fases que abarcan y que se está abonando en cada caso. Sin “anexos” ni “ letras pequeñas” que nos van encareciendo el proceso disimuladamente, engrosando la cifra inicial. Preferimos saber desde el principio hasta donde puede abarcar la inversión y los porqués. Que se nos hable con claridad y tacto, de estos términos mas materiales.
Esto es lo que buscamos nosotros cuando tuvimos que recurrir a la ciencia para conseguir, al fin, esta maravillosa maternidad y paternidad que en la actualidad nos llena completamente la vida. Y contamos con la suerte de estar acompañados, asesorados, de ponernos en manos de un equipo médico de extraordinaria profesionalidad, calidad humana y pionero en cuanto al concepto de lo que es un paciente y del modo en el que concebir el trato y el desarrollo de todo proceso en si del tratamiento .
Mi experiencia dentro de lo que ineludiblemente abarca el hecho de tener que pasar por los procesos médicos para alcanzar la maternidad, fue quizás privilegiada pudiendo desdramatizar la situación y normalizarla en una gran medida. Esto ha conseguido que para nuestra siguiente paternidad para la que deberemos recurrir de nuevo a la ciencia debido a mi endometriosis, lo hagamos serenamente tranquilos y prescindiendo de muchas de las angustias que convierten en una senda mucho mas empinada, este camino que algunas parejas tenemos que tomar, para ser papás