Hasta hace muy poco tiempo la
selección del mejor embrión se limitaba a transferir el más “bonito”. El aspecto morfológico era el factor determinante. En los últimos años esto ha cambiado radicalmente con la aparición de nuevos procedimiento que no sólo nos permiten conocer como es la “carrocería” del embrión, sino que nos dan información muy útil sobre su “motor”, permitiéndonos t
ener tasas de embarazo cada vez más altas transfiriendo menos embriones, a la vez que nos proporcionan mucha información que nos permite aconsejar a las pacientes sobre sus mejores opciones.
Selección de embrión: Lista de herramientas
He aquí una lista de todas las herramientas disponibles en el laboratorio para seleccionar el embrión ganador:
Cultivo a blastocito
El día más crítico para los embriones
es el paso al quinto día. Si transferimos el tercer día y la paciente no se embaraza nunca sabremos si el fallo se debe a que un embrión se ha bloqueado o a que no se ha implantado a pesar de haberse desarrollado correctamente. Llevar los embriones a día cinco pude significar tener menos pero serán de mejor calidad, con lo que en muchos casos se puede transferir uno solo con muchas posibilidades de éxito.
Embryoscope
Los nuevos incubadores con
tecnología time-lapse tiene dos ventajas importantes: mantienen a los embriones en las condiciones más parecidas al útero materno y además mediante la cámara incorporada permiten obtener fotos cada 20 minutos, lo que nos da información que antes no teníamos sobre el patrón de división celular. Hoy sabemos que hay embriones que se dividen mejor y eso significa que tienen más posibilidades de implantar.
https://youtu.be/IsKBM14cNs8
Diagnóstico genético preimplantacional
Obteniendo un pequeño número de células de un embrión día 5 podemos determinar con casi la
misma fiabilidad que una amniocentesis si el embrión es portador de anomalías genéticas, descartando los que son anormales, que en muchas ocasiones son embriones morfológicamente preciosos. Evidentemente transferir un embrión genéticamente normal aumenta las posibilidades de conseguir una gestación evolutiva al reducir el riesgo de aborto.
Determinación de ADN mitocondrial
Es la última de las técnicas en aparecer. Las
mitocondrias son estructuras aportadas por el óvulo encargadas de generar la energía que el embrión necesita para evolucionar. Tienen su propio ADN que podemos determinar obteniendo células del embrión. Niveles altos de este ADN significarán que el embrión necesita muchas mitocondrias para dividirse, lo que traduce un estado de “estrés energético”. Niveles bajos de ADN son típicos de
embriones “relajados”. Los embriones “estresados” tienen menores tasas de implantación, mientras que los “relajados” implantan mucho mejor.