La inseminación artificial es un método de reproducción asistida que consiste en introducir semen en el útero de una mujer cuando está ovulando. El semen puede ser de su pareja (inseminación artificial conyugal) o de un donante de semen (inseminación artificial de donante).
Inseminación artificial: El tratamiento
El tratamiento se inicia el tercer día del ciclo, contando que el día 1 de ciclo siempre será el primer día de regla (no hay que tener en cuentas los pequeños días de pérdidas que pueden preceder a la regla).
Seguimiento
Los ovarios se estimulan suavemente con inyecciones subcutáneas diarias de hormonas para inducir el crecimiento de uno o dos folículos. Al cabo de 5-7 días de la primera inyección se realiza una ecografía para valorar el crecimiento de los folículos y así poder ajustar la dosis a la respuesta o decidir en que momento se desencadena la ovulación.
Normalmente con dos o tres ecografías se alcanza el tamaño folicular deseado (alrededor de 18-20 mm) y se puede provocar la ovulación con una inyección de HCG también subcutánea. A las 36-40 horas de esta inyección el varón obtiene una muestra de semen que se prepara y capacita para seleccionar los mejores espermatozoides.
Finalización
Posteriormente, de forma ambulatoria, se introduce un catéter fino en la cavidad uterina a través del cérvix donde se libera todo el semen preparado. A partir de este día hay que esperar unos 12-14 días para ver si a la paciente está embarazada.
La calidad del semen es un factor determinante en el resultado final. Tras varios intentos, en caso de no conseguir un embarazo se puede valorar, dependiendo del caso en concreto, cambiar a una técnica más compleja como es la fecundación in vitro (FIV).