El síndrome de Turner es una alteración cromosómica que afecta a las mujeres y que, en la mayoría de los casos, implica problemas de fertilidad. A pesar de ello, los avances en reproducción asistida permiten que muchas mujeres con este diagnóstico logren convertirse en madres.
Hoy compartimos la historia de Jessica, una mujer con síndrome de Turner que encontró en la donación de óvulos la oportunidad de hacer realidad su deseo de formar una familia.
Un diagnóstico inesperado
Jessica nació en Cabo Verde y no fue hasta su adolescencia, en Suiza, cuando recibió el diagnóstico de síndrome de Turner. Aunque no mostraba todas las características físicas habituales, su pediatra sospechó al observar que no crecía con normalidad y decidió realizar las pruebas que confirmaron la enfermedad.
Esta noticia marcó un antes y un después, ya que fue consciente de que necesitaría tratamientos hormonales de por vida y que las posibilidades de tener hijos con sus propios óvulos eran muy reducidas.
El deseo de ser madre
Durante años evitó pensar en la maternidad, pero al iniciar una relación estable supo que tendría que afrontar la realidad de su fertilidad. Tras varias consultas médicas, confirmaron que la única opción que tenía para lograr un embarazo era recurrir a la ovodonación.
El camino no fue fácil de aceptar, pero el apoyo de su pareja y la convicción de querer formar una familia la ayudaron a dar el paso.
Confianza en el proceso
Jessica contactó con varios centros antes de decidirse. Para ella era esencial sentirse acompañada, comprendida y bien informada. En Barcelona IVF encontró la cercanía y la profesionalidad que buscaba, así como un equipo que la guió con claridad en cada fase del tratamiento.
La coordinación entre su preparación endometrial y la estimulación de la donante permitió que todo avanzara de forma rápida y ágil.
La llegada de su hijo
Se trasladó a Barcelona para la transferencia embrionaria y, pocas semanas después, supo que el resultado había sido positivo. Meses después, Jessica y su pareja recibieron a su hijo, fruto de un proceso que, aunque desafiante en lo emocional, se convirtió en la mejor decisión de su vida.
La experiencia de Jessica demuestra que el síndrome de Turner no tiene por qué ser el final del sueño de ser madre. Gracias a técnicas como la ovodonación y a los avances en reproducción asistida, es posible superar este obstáculo y conseguir el sueño de formar una familia.
Su historia es también un recordatorio de que la maternidad va más allá de la genética. Lo esencial es el amor, el compromiso y la fuerza para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.
El testimonio completo de Jessica se puede escuchar en el podcast IN-Fertile Cast “Syndrome de Turner, devenir maman grâce au don d’ovocytes” (solo disponible en francés).