La vitrificación de óvulos es una técnica de reproducción asistida que permite a las mujeres preservar su fertilidad cuando desean retrasar la maternidad o van a recibir un tratamiento que puede afectar su capacidad reproductiva. La vitrificación también se utiliza en tratamientos de fecundación in vitro (FIV) que requieren criopreservar los ovocitos.
A continuación, te explicamos de forma detallada qué debes esperar en cada etapa del proceso.
Introducción a la vitrificación y descongelación de óvulos
La vitrificación es una técnica de congelación que, a diferencia de la congelación clásica, previene la formación de cristales evitando que se dañen las estructuras celulares. Esto se consigue poniendo los óvulos en un medio con concentraciones crecientes de crioprotector, un elemento que no cristaliza a muy bajas temperaturas y que sustituirá el agua del interior de la célula, y posteriormente congelándolos con nitrógeno líquido a -196 °C. El proceso de deshidratación y congelación del óvulo debe ser “ultra rápido” para evitar cualquier daño al óvulo.
Este procedimiento se debe realizar a una edad en la que los óvulos todavía tienen un buen potencial para conseguir el embarazo, y permite mantener su calidad hasta el momento de ser utilizados.
Preparación para el uso de óvulos vitrificados
Cuando se desee utilizar los óvulos vitrificados se deben descongelar en el laboratorio para ser fecundados con semen de la pareja o de un donante, y una vez obtenidos los embriones, transferirlos al útero.
Antes de este proceso es necesario evaluar el estado de salud general y reproductiva de la mujer. Además, es necesario preparar el endometrio para asegurar que el útero se encuentra en las condiciones óptimas para recibir los embriones. Esto se consigue con un tratamiento hormonal sustitutivo con estrógenos y progesterona.
El proceso de descongelación
Unas horas antes de utilizar los óvulos vitrificados se deben desvitrificar. Este proceso consiste en la descongelación y rehidratación de los óvulos. El protocolo de desvitrificación comienza introduciendo el contenedor donde están preservados en un medio de cultivo a 37 °C. A medida que los óvulos se van descongelando y despegando del contenedor son pasados a una serie de soluciones con concentraciones decrecientes de crioprotector, lo que permite su rehidratación. Una vez terminado el proceso los óvulos pueden ser fecundados mediante técnicas de FIV.
La desvitrificación suele durar pocas horas y debe realizarse por expertos para asegurar que los óvulos mantengan su integridad y viabilidad.
Evaluación de la viabilidad de los óvulos
Los óvulos descongelados son observados en el microscopio para verificar que no han sufrido daños durante la descongelación, y aquellos viables son seleccionados para ser fertilizados mediante FIV.
Actualmente, la tasa de supervivencia de los ovocitos descongelados se sitúa entre el 90 % y el 95 %. Además, los ovocitos desvitrificados no presentan diferencias en la tasa de gestación o implantación respecto los óvulos frescos.