Preservación de la fertilidad y cáncer
30 / 09 / 2019
La principal preocupación de muchas mujeres diagnosticadas de cáncer versa sobre si podrán quedarse embarazas después de superar la enfermedad, ya que debido a los tratamientos de quimioterapia o radioterapia pueden perder la fertilidad. Gracias a los avances alcanzados en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, se ha conseguido reducir de forma notable la tasa de mortalidad. La detección en mujeres jóvenes hace necesario buscar técnicas de preservación de la fertilidad.
Preservación de la fertilidad: Vitrificación de ovocitos antes de iniciar quimioterapia o radioterapia
La vitrificación consiste en una congelación ultrarrápida de los óvulos o los embriones en nitrógeno líquido a -196ºC con el fin de mantenerlos congelados durante el periodo de tiempo que sea necesario, sin que esto afecte a su calidad. Una vez se haya superado la enfermedad y la paciente esté lista para ser madre, se desvitrifican los óvulos, se inseminan y posteriormente se transfieren los embriones.
Para realizar esta técnica, la paciente recibe un tratamiento hormonal de estimulación ovárica que favorece la maduración y ovulación del mayor número de óvulos posible. Durante este tratamiento, se controla el crecimiento folicular por ecografía y la concentración de la hormona estradiol en sangre. Cuando en las sucesivas ecografías se observa que uno o varios folículos han alcanzado un tamaño apropiado, se suspende el tratamiento y se provoca la ovulación mediante GCH, siendo necesario realizar la punción 36 horas después.
La vitrificación de embriones consiste en criopreservar embriones, la estimulación ovárica ocurre exactamente igual que en la vitrificación de ovocitos, la diferencia radica en que los óvulos obtenidos se fecundan y se congelan los embriones. Con este método de preservación de la fertilidad se obtienen mayores tasas de éxito, hay que tener en cuenta que ya se han obtenido los embriones, mientras que en el caso anterior los embriones se formarían tras haber superado la enfermedad.
Hoy en día se puede empezar la estimulación en cualquier día del ciclo y esto hace que el tratamiento se acorte a la mitad. Optando por una u otra técnica, el proceso para extraer los óvulos se alarga unas dos semanas. Pero, no siempre es posible retrasar el tratamiento contra el cáncer y es necesario evaluarlo antes con el especialista que lleva el caso. Es el caso de tumores agresivos que precisan de la puesta en marcha con urgencia de medidas terapéuticas como tumores hematológicos (leucemias agudas, linfomas de alto grado) o los tumores sólidos de crecimiento rápido.
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