La fecundación in vitro (IVF) es el tratamiento de reproducción asistida que mejores posibilidades de éxito nos ofrece. En muchos casos es el tratamiento definitivo al que se tiene que recurrir para conseguir el embarazo.
Fecundación in vitro ¿En qué consiste?
El procedimiento de una fecundación in vitro (IVF) se puede resumir en 4 pasos:
1. Estimulación de los ovarios:
En la fecundación in vitro (IVF) se busca el desarrollo de muchos folículos mediante la estimulación de los ovarios con hormonas. La duración de esta fase suele ser de unos 8-10 días durante los cuales se deben hacer alrededor de 3 ecografías de control.
2. Punción de los ovarios:
Se realiza en el quirófano bajo sedación, un tipo de anestesia muy suave que permite a la paciente no enterarse del procedimiento. Su duración media es de 20 minutos y la recuperación posterior muy rápida, la paciente puede volver a su domicilio al cabo de unas 2 horas.
3. Fecundación y cultivo de los embriones en el laboratorio:
Los óvulos obtenidos se someterán a la técnica de fecundación in vitro llamada ICSI . Mediante esta técnica se microinyecta un espermatozoide a cada óvulo. Los embriones resultantes se dejarán evolucionar en un medio de cultivo especial dentro de un incubador que les proporcionará las condiciones ambientales necesarias para su desarrollo. En la actualidad disponemos de un incubador de última generación llamado Embryoscope que permite hacer un seguimiento detallado del desarrollo de los embriones gracias a una cámara que lleva incorporada que capta varias imágenes por hora. Esta información es de gran utilidad para los biólogos a la hora de valorar la calidad de los embriones y de decidir cuales son los que se van a transferir.
4. Transferencia de embriones:
Se puede realizar en diferentes estadios de evolución de los embriones. La mejor opción es esperar a que los embriones alcancen el estadio de blastocisto, lo que nos permitirá una mejor selección de los embriones, aumentando las tasas de embarazo. La transferencia de los embriones se realiza de forma ambulatoria pasando un catéter a través del canal cervical para dejar los embriones en el interior de la cavidad.