

- Cuando médicamente se descubre una causa que imposibilita el embarazo, tenemos un motivo más que razonable para no continuar buscándolo. He aquí el primer y más sólido motivo para cesar en la búsqueda del embarazo.
- Cuando la solución que médicamente nos ofrecen no es de nuestro agrado (por creencias o convicción personal) también encontraríamos un motivo para detenernos.
- Cuando este motivo no existe, o médicamente no hay una razón conocida para dejar de intentarlo, la escucha (del consejo médico), la paciencia, el tesón y el deseo, se convierten en nuestros mejores aliados para enfrentarnos a la incertidumbre que generan estos tratamientos.