Por Atze Mena (psicóloga de Barcelona IVF )
Los avances en el campo de la reproducción asistida han sido muchos en estos años, pero quizá uno de los más controvertidos y a la vez más efectivos, ha sido hacer posible la donación de óvulos gracias a las anónimas donantes. Muchas eran las incógnitas para las donantes: cómo poder realizar dicho tratamiento sin consecuencias negativas para su salud, si tendrían que faltar muchos días al trabajo, si sufrirían, si podrían tener hijos después de realizar el tratamiento, si informar o no a sus familias de la intención de colaborar de esta manera con mujeres que no podían tener hijos, etc. Resueltas las dudas mediante la visita médica y viendo lo sencillo del tratamiento, la donación de óvulos se realiza con éxito desde hace más de doce años, las donantes se han ido acercando tímidamente a los centros de reproducción asistida y ofreciendo su ayuda a muchísimas mujeres que no podían embarazarse. La motivación que las ha traído hasta aquí es distinta en cada una de ellas, pero todas muestran una común: ayudar a otras mujeres en algo tan emocionalmente importante como tener un hijo, en definitiva colaborar en un proyecto de vida.