Por Atze Mena, psicóloga de Barcelona IVF.
La información acerca del origen del hijo nacido a través de la técnica de FIV con donación de gametos (ya sea de donación de óvulos o de banco de semen), suele generar muchas dudas a las parejas que deciden realizar este tipo de tratamientos. La ley española no contempla nada en relación a la opción que los padres han de escoger a este respecto, eso les confiere plena libertad para decidir lo que hacer.
La donación de óvulos, es uno de los tratamientos más novedosos en reproducción asistida , los avances científicos conllevan una movilización psico-social y normalmente ésta última, es mucho más lenta que la primera. Con esto quiero decir que las parejas que realizan una donación tienen miedo a los prejuicios sociales y la posible reacción del futuro hijo, a la hora de plantearse comunicar la verdad sobre su concepción. Muchas parejas son las que se plantean qué es más correcto hacer, pero la realidad es que no hay decisiones buenas o malas, uno ha de llevar a cabo su línea de pensamiento de la manera más normalizada y coherente posible.
Las parejas expresan como motivos para no dar dicha información; los sentimientos negativos que se podrían generar en el miembro de la pareja que no aporta su propia genética, el miedo a que la familia, los amigos (en definitiva su red social), no acepten su decisión y esto tenga consecuencias sobre su hijo (rechazo, discriminación, etc.) y refieren también que es una decisión muy íntima que no es necesario compartir con nadie más y es una manera de proteger a su hijo.
Las parejas que deciden comunicarlo, dicen que es una forma de evitar estigmas, consideran que en definitiva es un secreto que puede llegar a dañar su relación de familia (pudiendo causar incluso ansiedad cuando aparezcan temas relativos al que nos ocupa), también piensan que es un derecho que su hijo tiene antes incluso que la preferencia que tengan sus progenitores.
En cuanto a esta opción de comunicar el origen de la concepción de su hijo, las parejas se plantean una nueva duda ¿en qué momento comunicarlo?
Básicamente las opciones son 2, explicarlo desde que el niño es pequeño, siempre adecuando la información a la edad del niño, o esperar a que el niño sea adulto (evitando siempre el proceso de la adolescencia) y comunicarlo entonces.
Una de las partes más importantes en este proceso, sea cual sea el momento que decidamos comunicarlo, es sin duda que el hijo reciba la información directamente de sus padres. En la investigación de Turner y Coyle, queda clara dicha premisa, donde los hijos expresaban el importante daño psicológico que les había causado haberse enterado tarde y accidentalmente sobre las circunstancias de su origen.
Un único estudio se realizó en Europa a este respecto de las 111 familias encuestadas ninguna había comunicado el origen de su concepción a la edad de 4-5 años (Golombock et al., 1996), a la edad de 11-12 años, algo menos de un 10% habían comunicado los orígenes genéticos a sus hijos (Golombok et al. 2002). De todas estas parejas curiosamente un 72% ya se lo habían explicado a alguien de su familia. El pensamiento psicosocial cambia, pero aún no hay estudios definitivos que muestren una tendencia claramente mayoritaria, las más recientes se centran en revelar la información pero con el soporte necesario a las familias que optan por contar, por parte de los profesionales adecuados. Una labor importante que tenemos como profesionales de la salud, es concienciar a las parejas de la importancia de la decisión sobre ser padres, más allá de las dificultades que puedan surgir en el camino.
Es un difícil proceso al que se enfrenta la pareja a la hora de decidir si realiza una donación de gametos o no, primero la carga emocional de asumir una pérdida (“las cosas no serán como siempre imaginamos”) y posteriormente la responsabilidad de la implicación en el proceso de informar o no al pequeño de su origen.
En cualquier caso hay decisiones que no se han de tomar de forma inmediata, son procesos que se han de reflexionar mucho por su alta implicación emocional, particularmente el tomar la decisión de dar o no la información ya que contamos con tiempo para decidirlo (ni se ha de decidir a la par que realizan el tratamiento de fertilidad, ni siquiera en el primer mes de embarazo). Si no estamos seguros podemos mantenerlo dentro de la pareja y cuando hayamos tomado la decisión podemos comenzar a explicarlo.