Importancia del DHA en el embarazo y la lactancia

30 / 09 / 2019

DHA-en-el-embarazo Ester Risco. Dra en Farmacia. Los ácidos grasos omega-3 son conocidos por sus beneficios a nivel cardiovascular, tanto en la prevención secundaria tras un infarto de miocardio como en el tratamiento de hipertriglicemias o niveles elevados de colesterol. Sin embargo, durante el embarazo y la lactancia nos interesa especialmente uno de ellos, el DHA (ácido docosahexaenoico). Se trata de un ácido graso esencial porque, a pesar de que el organismo lo puede sintetizar, lo hace de una forma poco eficiente, y su obtención a través de la dieta o complementos alimenticios es muy importante.

El ácido graso DHA durante el embarazo

Las necesidades de DHA en el embarazo se incrementan debido a las demandas adicionales del feto y de la placenta. El ácido docosahexaenoico facilita un buen desarrollo de la gestación mediante un efecto protector sobre la placenta, que disminuye el riesgo de preeclampsia, y favorece la consecución de un embarazo a término y de un peso correcto del recién nacido. Ya en 1985, un estudio observacional establecía la relación positiva entre el consumo de aceite de pescado durante el embarazo y el peso de los neonatos. El consumo de DHA se ha relacionado, además, con una disminución del riesgo de depresión postparto.

DHA en el desarrollo infantil y capacidades cognitivas

Una ingesta adecuada de DHA tiene una influencia directa sobre el desarrollo cerebral y las futuras capacidades cognitivas del niño, como expresión verbal, capacidad motora y memoria, así como sobre las funciones visuales del recién nacido. El feto necesita DHA durante todo el embarazo, principalmente en el tercer trimestre, cuando el desarrollo neuronal, ocular y del sistema nervioso es más importante, y durante el período de lactancia. Esto se entiende porque el DHA está presente en la membrana de todas las células, pero especialmente en las cerebrales y de la retina, representando hasta un 40% y 60%,respectivamente, de estos ácidos grasos omega-3 presentes en ellas. De hecho, el tejido visual deriva del sistema nervioso y ambos poseen gran capacidad para captar DHA que atiende a una elevada necesidad por este nutriente. La presencia del ácido docosahexaenoico es fundamental para que estas membranas funcionen correctamente, permitiendo mayor flexibilidad y un flujo e intercambio adecuado de sustancias a través de ella. Además, es en el tercer trimestre de la gestación cuando se produce una maduración rápida de los fotoreceptores de la retina, y el DHA es imprescindible para su supervivencia, evitando su muerte anticipada. Es también importante para su función, ya que es necesario para la correcta actividad de la rodopsina, proteína implicada en la visión y ubicada en estos fotorecepotres, que conlleva a un incremento de la sensibilidad a la luz, y por tanto a una correcta agudeza visual.
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