En un momento en el que la opinión pública muestra cada vez más preocupación por el impacto ligado al aumento de la contaminación ambiental cabe preguntarse si la polución tiene consecuencias reales en las tasas de fertilidad de hombres y mujeres. A continuación trataremos de dar respuesta a la pregunta.
Infertilidad, cada vez más común
Según datos aportados por la Sociedad Española de Fertilidad, se calcula que entre un 15% y un 20% de las parejas españolas en edad reproductiva (alrededor de 800.000 personas menores de 40 años) tienen problemas para tener hijos, una cifra que previsiblemente aumentará el próximo año y que sitúa a España a la cabeza de Europa y en el tercer puesto del ranking mundial de mujeres que se someten a procesos de reproducción asistida .
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infertilidad se define como una enfermedad del aparato reproductor definida por la imposibilidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales sin protección regular y, como enfermedad, está asociada a unas causas.
Si bien está probado que la diabetes o la endometriosis, el síndrome del ovario poliquístico o el retraso de la edad de maternidad - en el caso de las mujeres- y los problemas de erección o las alteraciones en la producción y calidad del esperma -en el caso de los hombres-, sumados al estrés y hábitos de vida poco saludables como la obesidad, el alcohol o el tabaco, influyen notablemente en una reducción del nivel de fertilidad, la contaminación atmosférica no se queda atrás sumándose a la lista.
Contaminación ambiental atmosférica: Un problema real
En los últimos tiempos, universidades y centros de investigación públicos y privados de todo el mundo han trabajado para definir la envergadura del problema, concluyendo que la polución del aire reduce la fertilidad e incrementa el riesgo de abortos. A través del análisis de varios elementos contaminantes (las partículas finas, el dióxido de nitrógeno, el dióxido de sulfuro y el monóxido de carbono), se ha determinado la relación directa entre la contaminación atmosférica y la tasa de fertilidad tanto masculina como femenina.
En esta misma línea, investigadores de la Universidad de Sao Paulo aportaron más evidencias científicas que confirman que las partículas finas procedentes de los motores de combustión, el desgaste de los neumáticos, las incineradoras, las centrales térmicas o las emisiones industriales alteran el sistema endocrino y, como consecuencia, son una amenaza para la fertilidad humana.
Pero estos no son los únicos estudios que aportan luz sobre el tema, pues en la prestigiosa revista científica “British Medical Journal” se pueden encontrar análisis que permiten entender la situación y responder con seguridad a la pregunta planteada al inicio.
Llegados a este punto, y aunque todavía no se conoce con claridad de qué forma influye la contaminación ambiental en la reducción de la fertilidad masculina y femenina, lo cierto es que la vinculación está probada por lo que no debe despreciarse a la hora de abordar la magnitud de uno de los grandes problemas del siglo XXI.