La salud en el feto es uno de los aspectos más importantes para cualquier madre. Por este motivo, existen pruebas para la detección prenatal de trastornos genéticos con el objetivo de proteger el feto. Una de ellas es la amniocentesis, pero ¿cuánto conoces sobre esta prueba?
¿Qué es?
La amniocentesis es una prueba de diagnóstico prenatal que se realiza en mujeres embarazadas en el segundo trimestre (entre la semana 15 y la 21 del embarazo). Se considera una prueba invasiva, por lo que solo está indicada en algunos casos como:
- Historial familiar de enfermedades hereditarias
- Parejas en las que alguno de los miembros es portador de una alteración cromosómica
- Sospecha de infección fetal
- Hijos previos con síndrome de Down u otros trastornos cromosómicos
En esta prueba se lleva a cabo un análisis del líquido amniótico para extraer información concreta sobre el bebé como, por ejemplo:
- Diagnóstico de infección fetal
- Análisis del pulmón fetal: ayuda a determinar la madurez pulmonar fetal, es decir, si los pulmones del bebé están lo suficientemente maduros para el nacimiento.
- Análisis de trastornos genéticos que puedan dar lugar a un desarrollo anormal del cerebro y que acaben repercutiendo en discapacidades intelectuales o físicas del futuro bebé.
¿En qué consiste?
Primero, se realiza una ecografía para localizar el embrión en el útero. Después, se introduce una aguja a través de la pared abdominal, la pared uterina y la cavidad amniótica con el objetivo de extraer una muestra del líquido amniótico que contiene células de origen fetal. Este procedimiento dura entre 20 y 30 minutos y no se emplea anestesia.
Riesgos de la amniocentesis
En algunos casos se producen complicaciones siendo el aborto la más grave. Esta complicación, que tiene una incidencia de 1 por cada 500 pruebas, es debido a la presencia de la aguja en el útero unido a problemas que pueden estar ya presentes en el embarazo. Además, en contadas ocasiones, el feto se mueve bruscamente y sufre un pinchazo, aunque no suele haber lesiones graves. Otro riesgo es la pérdida de líquido amniótico, pero se suele resolver de forma espontánea sin ninguna intervención. En definitiva, la amniocentesis es una prueba segura. Sin embargo, al ser invasiva, no se indica en todos los casos.