La salud y el bienestar de los órganos genitales femeninos son fundamentales para la fertilidad y el funcionamiento adecuado del sistema reproductivo. Por esta razón, las revisiones ginecológicas desempeñan un papel crucial en la prevención y detección temprana de posibles problemas que podrían afectar la fertilidad. A continuación, reflexionamos sobre este tema tan importante.
¿A qué edad se recomienda empezar a ir a controles ginecológicos?
Según el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG), la edad en la que se aconseja comenzar a ir al ginecólogo/a se encuentra entre los 13 y 15 años.
¿Cada cuánto se recomienda ir a controles ginecológicos?
Los controles ginecológicos regulares son un componente clave de la salud femenina, ya que permiten el monitoreo de los órganos reproductores, la evaluación de su funcionamiento y el diagnóstico precoz de cualquier alteración. Según el ACOG, se aconseja por lo menos un chequeo anual.
Los motivos por los que aconsejamos ir, como mínimo, una vez al año
Los beneficios de ir a las revisiones ginecológicas son múltiples. En primer lugar, para la detección precoz de patologías como el cáncer de mama, enfermedades de transmisión sexual (ETS) u otras alteraciones de los órganos reproductores, ya que se realizan pruebas como la ecografía vaginal, la citología, la especuloscopia o el estudio hormonal. También es importante tener la confianza entre paciente y especialista para tratar temas relacionados con la salud sexual como las ETS o las opciones de métodos anticonceptivos.
Por otro lado, también es relevante acudir a estas visitas cuando una paciente está experimentando dificultades para concebir. En estos casos se pueden llevar a cabo una serie de pruebas adicionales para evaluar el estado de la fertilidad y buscar posibles causas de esterilidad. Estas pruebas pueden incluir la realización de una ecografía vaginal para evaluar el estado de los ovarios y el útero, un estudio hormonal basal para medir los niveles de hormonas relacionadas con la fertilidad, y análisis de hormonas tiroideas, ya que las alteraciones en estas pueden afectar la capacidad reproductiva. En algunos casos, se puede llevar a cabo un estudio cromosómico para identificar posibles alteraciones genéticas o una histerosalpingosonografía, que permite evaluar la permeabilidad de las trompas y la cavidad abdominal. Este último procedimiento puede ayudar a detectar obstrucciones o anomalías que podrían dificultar la concepción. Sin embargo, los especialistas en fertilidad de las clínicas de reproducción asistida como Barcelona IVF también realizamos este tipo de pruebas.
En resumen, las revisiones ginecológicas desempeñan un papel vital en la salud y la fertilidad de las mujeres. A través de una atención médica regular, se pueden prevenir y detectar enfermedades tempranamente, así como evaluar la capacidad reproductiva y abordar cualquier problema que pueda afectarla.