¿Cuánto mide el endometrio normal de una mujer?

El endometrio es el tejido que recubre la capa interna del útero y tiene como característica especial que varía su grosor y su composición a lo largo del ciclo menstrual. El endometrio tiene un papel muy importante a la hora de conseguir un embarazo, tanto de manera natural como durante un tratamiento de reproducción asistida, ya que es el tejido donde se produce la implantación del embrión.  De hecho, el grosor y el aspecto del endometrio son factores claves que se deben valorar para predecir el éxito de un tratamiento de fertilidad. 

De manera general, se considera óptimo que el endometrio tenga un grosor de entre 6 y 10 mm y que tenga una aspecto trilaminar en el momento del control endometrial, es decir, que se observen tres zonas diferentes durante el control por ecografía: una zona donde se observen capas externas de aspecto brillante o blanco (hiperecogénicas), una zona media de aspecto oscuro o grisáceo (hipoecoica) y una línea central de nuevo brillante (hiperecogénica). 

 

Existen diferentes factores que influyen en el grosor del endometrio: 

  • Hormonas sexuales: los estrógenos estimulan el crecimiento del endometrio y la progesterona induce la secreción glandular con el objetivo de preparar el endometrio para la implantación. 
  • Condiciones médicas: los pólipos endometriales, los miomas uterinos, y algunos tratamientos, como los legrados aspirativos, pueden afectar al grosor del endometrio.  

Como hemos dicho anteriormente, el grosor del endometrio es un factor muy importante a la hora de determinar la probabilidad de éxito de un tratamiento de fertilidad y, por ello, la ecografía de control endometrial previa al transfer es una de las pruebas fundamentales que se realiza a la mujer a lo largo del tratamiento. 

De manera general, se considera que el grosor del endometrio es óptimo cuando durante la fase periovulatoria mide entre 7 y 9 mm. 

Tanto un endometrio demasiado fino (<6 mm) como demasiado grueso (>20 mm) t puede conllevar alteraciones estructurales o funcionales que reduzcan la tasa de implantación.

No obstante, no solo se debe evaluar el grosor del endometrio sino también su aspecto. El aspecto del tejido debe ser homogéneo y no debe presentar alteraciones estructurales como pólipos, miomas o sinequias que pueden afectar negativamente a la implantación.

Cada caso debe ser evaluado y tratado de manera personalizada. Por eso, no esperes más y ponte en contacto con nosotros.

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