¿Qué pasa con los embriones que no se implantan?

La transferencia del embrión es la etapa final del proceso de fecundación in vitro (FIV), y consiste en depositar al embrión en el interior del útero de la paciente utilizando un catéter que se introduce a través del cuello uterino. 

A continuación, el embrión debe implantarse, es decir, adherirse al endometrio para continuar con su desarrollo. Este proceso de implantación suele completarse entre los 5 y 7 días posteriores a la transferencia. Sin embargo, en muchos casos, los embriones no llegan a implantarse y son reabsorbidos por el cuerpo de la mujer. Este proceso de reabsorción del embrión no afecta a los tejidos de la mujer ni a otros embriones que sí se hayan implantado correctamente.  

Las principales causas del fallo de implantación incluyen:

  • Baja calidad embrionaria: los embriones con alteraciones genéticas o defectos en su desarrollo tienen menos posibilidades de implantarse. 
  • Baja receptividad endometrial: en el momento de la implantación el endometrio debe de tener un grosor y una estructura adecuados que favorezca la adhesión del embrión.
  • Existen factores inmunológicos y de coagulación que pueden interferir en el proceso de implantación. 

Tras fallos de implantación repetidos, se recomienda investigar sus causas. Existen diversas pruebas que son comúnmente utilizadas para ello, como el análisis genético del embrión, los estudios del endometrio y diversas evaluaciones hormonales e inmunológicas. 

Los embriones no transferidos se pueden criopreservar para futuros intentos, donar a otras parejas que tengan problemas de fertilidad o destinar a investigación en algunos casos. 

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